Leo Bassi: "La sociedad peligra porque no hay momentos para liberarnos"
El payaso italiano Leo Bassi, conocido por sus atrevidos espectáculos que buscan provocar al público, dijo ayer en la presentación de los dos montajes que escenificará en el teatro Arnau de Barcelona que "la sociedad peligra porque no hay momentos para liberarnos de nuestras frustraciones". El comediante explicó que una de las funciones de sus espectáculos es despertar los instintos primitivos del público para que se libere.
Leo Bassi es un payaso. Pero, precisa, de los de antes. De los de hace 140 años, cuando no existía ni el cine ni la televisíón y el público iba al circo para ver lo nunca visto. Descendiente de una larga línea de comediantes excéntricos italianos, franceses e ingleses, Bassi aborrece el payaso actual, "tranquilo e inofensivo", y representa, dice, la figura del payaso tradicional, ese ser "provocador y asqueroso" capaz de fascinar al público.Bassi, que ha saltado a la fama gracias a sus intervenciones televisivas en Lo + Plus y Crónicas marcianas, parte de dos ideas básicas: una, que la comicidad es un invento para liberar los instintos que la sociedad nos obliga a reprimir, y dos, que "el ser humano necesita el caos para después volver a su orden". Con estas dos premisas, Bassi se considera un "misionero" encargado de llevar al público un momento de ruptura, a modo de juego, para desprenderse de una manera sana y divertida de las frustraciones.
El comediante italiano explicó ayer que Instintos ocultos, una obra que pretende demostrar que el hombre es inseparable de sus instintos, presenta algunas variantes desde su estreno en 1993 en Hamburgo debido a que busca la evolución y "el placer en el escenario". Respecto a La vendetta, Bassi explicó que se trata de un espectáculo con el que pretende reflejar el "asco" que le da la "superficialidad" de la sociedad actual, la "falta de decisión y creatividad de los jóvenes, la falta de sentido crítico de los intelectuales que no protestan y la manipulacíón de los publicistas", principal punto de mira de sus críticas. Bassi se mostró muy satisfecho de actuar en Cataluña, y resaltó el contraste entre "las rígidas normas de la burguesía y el surrealismo daliniano".
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