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NEUROLOGÍA El tumor cerebral es el cáncer más mortífero entre los 15 y los 29 años

Cerca de dos mil nuevos casos de cáncer de cerebro se diagnostican cada año en España, de los que unos 1.500 producirán la muerte del paciente. Estos datos convierten a los tumores cerebrales en la cuarta causa de fallecimiento por cáncer en la población española y en la primera en el periodo de edad de 20 a 29 años. Así lo señalaron los oncólogos en una reciente reunión mantenida en Londres. La incidencia de este tipo de neoplasia maligna oscila entre un 4 y un 5 por 100.000 habitantes y año en los hombres y entre un 3 y un 5 en las mujeres, cifras que están en ligero aumento al crecer la esperanza de vida y al hacerse un mejor diagnóstico de la enfermedad.

Como admite Vicente Guillem, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la tasa del mortalidad del cáncer de cerebro es alta y va del 70 al 80%, ya que los tipos más frecuentes son los más agresivos, como el astrocitoma anaplásico y el glioblastoma multiforme. Estas dos formas pueden causar la muerte en un plazo inferior a dos años. El de mejor pronóstico, con una elevada tasa de curación, es el oligodendroglioma.

Generalmente el cáncer de cerebro es un tumor de fácil diagnóstico mediante TAC (tomografía axial computerizada) y resonancia magnética. Los síntomas más frecuentes que sugieren realizar este tipo de pruebas son las cefaleas, náuseas y vómitos y alteraciones de la visión, el habla y/o el equilibrio de la marcha.

Cefaleas recurrentes

"Las cefaleas o dolores de cabeza", apunta Guillem, "no tienen por qué asustar a la población, puesto que prácticamente todo el mundo sufre este síntomas alguna vez. En el caso de enfermedad grave suelen tratarse de cefaleas recurrentes y que no responden a los analgésicos comunes".

Aunque este tipo de neoplasia maligna puede aparecer a cualquier edad de la vida, es rara durante la infancia y tiene dos etapas en las que se presenta con mayor frecuencia: entre 20 y 29 años y entre 50 y 60.

Para Eduardo Díaz Rubio, catedrático de Oncología de la Universidad Complutense de Madrid, no existe ninguna evidencia de que el tumor cerebral pueda estar inducido en algunas casos por agentes externos, como los teléfonos móviles, puesto que "se desconoce su etiología u origen y por el momento sólo se establece una relación con factores genéticos, ignorándose qué desencadenantes ponen en marcha las alteraciones genéticas".

El tratamiento, según Díaz Rubio, pasa necesariamente por la cirugía, aunque ésta puede no ser muy resolutiva o incluso inviable "cuando se tienen que practicar resecciones muy amplias que pueden afectar a funciones importantes o a la propia vida del paciente, así como por la difícil accesibilidad del tumor o su delicada situación en zonas como, por ejemplo, el tronco cerebral".

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