El Barça recupera la pegada El equipo azulgrana goleó al Valladolid sin problemas y con una exhibición de Rivaldo
BARCELONA 4-VALLADOLID0Justo antes de tomar el puente aéreo, el Barcelona se reencontró con una victoria agradecida después de dos derrotas consecutivas. El marcador habla de la comodidad con la que el equipo azulgrana finiquitó al Valladolid, un equipo cargado de buenas intenciones, pero flojo de pies y manos. A falta de rival, el partido tuvo interés por los goles y sobre todo porque redimió a dos futbolistas opuestos y, sin embargo, igualmente cuestionados en los últimos tiempos por estos pagos. Bogarde sintió por fin el cariño de la hinchada y Rivaldo se abrazó de nuevo con el gol: metió dos tan serenos como bellos.Resueltas las causas personales pendientes, el Barcelona mejoró más en la llegada y pegada que en la elaboración del juego, dada la fragilidad del Valladolid, que llegó al estadio con demasiado atrevimiento dada su escasa munición. Por una vez, el contrario no le duró demasiado tiempo a un Barça todavía indefinido, pero más puesto, vital y especialmente voraz ante el pelotón de equipos que le discuten su jerarquía.
Barcelona: Arnau; Puyol, Abelardo, Reiziger, Bogarde; Lítmanen (Xavi, m
84), Ronald de Boer, Luis Enrique (Gabri, m.59); Figo, Kluivert y Rivaldo.Valladolid: César; Torres Gómez, Peña, Santamaría, Heinze; Chema (Márquez, m. 72), Javi Jiménez, Vizcaíno (Eusebio, m. 51), Marcos; Víctor; y Shoji Jo. Goles: 1-0. M.34. Centro de Bogarde desde la izquierda, la pelota sale despedida, Ronald de Boer engancha un remate con la zurda que supera a César después de dar en Heinze. 2-0. M. 43. Ronald de Boer cambia el juego hacia la derecha para Lítmanen que centra y Kluivert remata a gol con la ayuda de Heinze. 3-0. M. 48. Bogarde centra desde la izquierda, Rivaldo controla la pelota, se la acomoda de espaldas a la portería y remata de chilena a gol. 4-0. M. 69. Litmanen abre por la izquierda para Kluivert, el ariete centra al segundo palo y Rivaldo con la zurda y a bote pronto marca por alto. Árbitro: Pérez Lasa, vasco. Mostró la tarjeta amarilla a Heinze y Luis Enrique. Camp Nou. Unos 55.000 espectadores.
Van Gaal va dibujando equipos sin encontrarle aún el hilo al juego. A cada partido pierde un jugador. Frente al Valladolid quitó a Xavi por la misma regla de tres que lo había puesto, una decisión que compromete el sentido de la honestidad del que presume el entrenador. Xavi pagó con su puesto haber dicho que el problema del equipo es que juega en inferioridad en la línea de medios, así que el técnico tiró ayer de Ronald de Boer, un jugador universal, utilizado hasta ahora para llenar, para cubrir, para tapar, como si no tuviera peso futbolístico por sí mismo.
Ronald de Boer no es un medio centro porque no tiene sobre el quehacer del grupo el impacto de Guardiola. Guardiola expande. El holandés, sin embargo, tampoco comprime al equipo como Xavi. Ronald de Boer es un jugador muy interesante en ataque, con un buen desplazamiento del balón, una pegada reconocida y que asegura un fútbol aseado, templado, sereno, factores a tener en cuenta dado el estado nervioso en el que se encuentra el equipo. Perdido Xavi, el Barça ganó ayer al menos a Ronald de Boer, decisivo en los dos primeros goles, los que sirven para decidir los partidos. La fortuna estuvo de su lado de la misma manera que en otros partidos ha jugado en su contra.
El Valladolid no supo jugar con el marcador en contra porque siempre creyó que su éxito pasaba por que el Barcelona tuviera que remontar. El grupo de Manzano estuvo vivo en el primer tramo y dispuso de un par de remates de gol, sobre todo en dos balones al palo (uno de Víctor y otro de Javi Jiménez). Una vez batido, sin embargo, resultó un rival muy blandengue. Bogarde se ensañó por la banda izquierda con sus centros, Lítmanen tiró una y otra pared, Kluivert se desmarcó igual por el centro que por las bandas y las idas y venidas de Luis Enrique sobrecogieron a los centrales pucelanos. El marcador y la actitud del Valladolid abonaron las acciones personales y, puestos a mirar más a los futbolistas que al fútbol, nadie como Rivaldo, que pese a jugar sin guardaespaldas, sin Cocu ni Zenden, estuvo más efectivo que nunca. El brasileño remató desde todos los costados y de distinta forma. Metió un gol de chilena, tan bonito como fácil, y otro especialmente hermoso, por la forma como armó el remate y le pegó después a la pelota. Igualmente delicioso fue el tanto que metió Figo, pero al árbitro le dio por anularlo sin venir a cuento.
Después de varias semanas atormentado por su sequía, vuelve el Barça al punto de partida que abandonó en su día sin saber por qué. Ha recuperado el gol, se ha reencontrado con el triunfo y Rivaldo vuelve a ser el amo. Van Gaal vuelve a tener un partido desde el que puede armar el juego de una vez.
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