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La llegada de Modrego a Medio Ambiente ha frenado la protección de los espacios naturales Las agresiones a marjales, como el de Pego, han marcado los cinco años del Gobierno del PP

La agresión que sufre el marjal de Pego, constante desde hace cinco años y especialmente destructiva desde hace uno, es sólo un muestra aislada del abandono que sufren los espacios naturales de la Comunidad Valenciana. Desde la llegada de Fernando Modrego a la Consejería de Medio Ambiente la gran mayoría de los proyectos para la conservación de la naturaleza han quedado paralizados. El consejero ha frenado la aprobación de los catálogos de zonas húmedas, de cuevas y de vías pecuarias, la creación de los parques de Sierra Calderona y de Mariola, y la redacción de los planes de ordenación de los parques existentes. Y además, la mayoría de éstos siguen sin dotación económica y hasta sin director.

Si pocos triunfos se ha apuntado la naturaleza en los últimos cinco años, desde las últimas elecciones autonómicas, en junio pasado, el casillero está inédito. Desde la llegada en 1995 del Partido Popular al Consell, con el presidente Eduardo Zaplana a la cabeza, quedó claro que el Medio Ambiente, moneda de intercambio en los negocios postelectorales, no iba a ser una de las grandes prioridades de la Generalitat. La entonces Consejería de Agricultura y Medio Ambiente quedó en manos de Unión Valenciana merced al pacto de Gobierno que permitió la investidura de Zaplana. María Ángeles Ramón Llín, la consejera que hace un año abandonó las filas de UV para integrarse en las listas del PP, dedicó entonces más esfuerzos a las tareas agrícolas que a la naturaleza.Dos años más tarde, la escisión de su departamento en dos carteras supuso la creación de la Consejería de Medio Ambiente, pero apenas hubo réditos. La mayoría de los parques naturales seguían sin planes de ordenación y los parques naturales pendientes (Espadán, Calderona, Mariola, Irta, Salinas, Hoces del Cabriel...), sin tramitar. Así, sólo en la recta final de la legislatura se creo el de la Sierra de Espadán tras tramitarse su correspondiente Plan de Ordenación de los Recursos Natuales (PORN).

Y el capítulo de gestión de los parques se cerró con el PORN de Pego, que cumplía una década sin planeamiento. Fue aprobado en mayo pasado, sólo cuando los agricultores pegolinos consumaron la destrucción de la parte más valiosa y la prensa denunció que estaban a punto de caducar las medidas de protección decretadas (inútilmente, puesto que nunca fueron respetadas) por el Consell.

Parques paralizados

El resto de las actuaciones avanzaron lentamente. Así, Medio Ambiente tenía casi tramitados los PORN de Mariola y Calderona (proyectos presentados y alegaciones contestadas). También se habían empezado los estudios de la Sierra de Irta. Pero todo quedó paralizado tras la victoria por mayoría absoluta del PP. La llegada de Modrego a la consejería puso un freno absoluto a esos proyectos.

Y no sólo eso. Modrego volvió a argumetnar, por enésima vez, el retraso de la aprobación del que para muchos es quizá la única herramienta que pondrá fin al acoso de los especuladores urbanísticos sobre los humedales: el polémico Catálogo de Zonas Húmedas. Y con este retraso el de los listados de cuevas y vías pecuarias, también concluidos desde hace un año.

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La ley de Espacios Naturales Protegidos mandataba al Consell aprobar los tres catálogos antes de fin de 1995. Con dos años de retraso, el consejero regionalista José Manuel Castellá por fin presentó un proyecto de lista de humedales el 2 de febrero de 1998. Se sacó a exposición pública, se recibieron sus alegaciones y se redactó una propuesta de contestación a las mismas. Nunca se han respondido y por tanto el Consell de Zaplana no lo ha aprobado.

Y, para no seguir incumpliendo año tras año la ley de 1994, se ha usado la estratagema legal de posponerlo mediante la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos: primero se paró un año con la de 1999, y en diciembre pasado, con la del 2000, durante otros doce meses.

Acoso constante

Entre tanto, el acoso a los humedales valencianos ha sido constante. Pego, Xeresa, Tavernes de la Valldigna, Oropesa, Almenara y, sobre todo, Massamagrell, han sufrido todo tipo de agresiones sin que la Consejería lo impidiera, sin que pusiera denuncias en los tribunales (hasta el pasado jueves, por la completa transformación del marjal de Pego) y sin que las fuerzas de orden público pudieran detener la destrucción.

También es significativa la tramitación en Bruselas, vía Ministerio del Medio Ambiente, de la Red Natura 2000. Su diseño, con 39 enclaves de toda la Comunidad, que sumarían casi medio millón de hectáreas, se realizó en tiempos de Castellá. Y mientras se hacían las primeras gestiones, se completó, hace más de un año, una ampliación que elevaba la lista a 64 espacios, que sumaban casi el 25% del territorio. Sin embargo, la llegada de Modrego frenó su tramitación y sólo se ha enviado a la UE la lista reducida.

Mientras, los 12 espacios protegidos ya creados siguen desamparados. La creación de una red de centros de información de los parques naturales ha dejado prácticamente sin presupuestos para la administración de los enclaves, que sobreviven sin apenas recursos.

Pocos tienen un PORN, puesto que se crearon sin él. Y al menos cuatro carecen de Plan Rector de Uso y Gestión (o PRUG, la herramienta que permite su gestión día a día): Sierra de Espadán, Prat de Cabanes-Torreblanca, Marjal de Pego-Oliva y, el más polémico, L'Albufera. En cuanto a su gestión diaria, es muy significativo que carezcan de director los parques de Prat de Cabanes-Torreblanca, las Islas Columbretes, el Penyal d'Ifach y el Montgó. Además, éste último, sigue sin una delimitación exacta.

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