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Ocho metros de túnel cada día

Una media de ocho metros por día. Así avanza la excavación de los túneles de Artxanda, la primera autovía de pago en Vizcaya, que permitirá acceder en diez minutos desde Bilbao al aeropuerto de Sondika. Siete meses después de que empezase a trabajar la primera excavadora, las máquinas han perforado 810 metros, casi el 30% del total previsto: 2.252 metros en concreto para los tres corredores subterráneos del proyecto.Imperceptibles para la mayoría, las obras se desarrollan "al ritmo previsto", según aseguran los directivos de la sociedad Túneles de Artxanda, que agrupa a una decena de empresas encabezadas por Europistas y la BBK. Quizás el que circula a menudo por el corredor del Txorierri, entre Getxo y Derio, se percate del espectacular desmonte del monte Artxanda. O quien ronde la parte trasera de la Universidad de Deusto vea las bocas de los túneles y el continuo movimiento de camiones y tierras.

Lo cierto es que las máquinas y un total de 170 trabajadores en turnos continuos -24 horas y siete días a la semana- trabajan simultáneamente en los tres corredores subterráneos del proyecto, que conforman un triángulo. El principal (1.190 metros) conectará el puente de La Salve con el valle del Txorierri, lo que permitirá el acceso directo al aeropuerto; el segundo vértice del triángulo lo conforma el corredor desde el barrio bilbaíno de Deusto al Txorierri (1.073 metros) y el triángulo se completa en su base con la conexión entre Deusto y La Salve (589 metros) que, a diferencia de los otros, estará libre de tarifas.

El más avanzado

Este último es el más avanzado, con casi 400 metros horadados. Y eso que la excavación se realiza sin material explosivo, sólo con una máquina rozadora y otra de martillo picador. "Para este frente de Bilbao, al haber viviendas cerca, no nos dejan los explosivos hasta que esté muy avanzado. Por eso se avanza una media de cinco o seis metros diarios. Pero está habiendo menos dificultades con la roca que en los del frente del Txorierri", comenta uno de los técnicos de la obra.

Para los otros dos túneles que parten del valle del Txorierri la dinamita es la que permite abrir paso y se logra así un avance diario de ocho metros. No es una cantidad desdeñable: hasta ahora se han empleado cerca de 25.000 kilos de explosivos para vencer la resistencia del monte Artxanda. "Al final de la obra habremos empleado cerca de 150.000 kilos en el interior de los túneles", calcula uno de los directos de la sociedad Túneles de Artxanda.

Es en esta zona donde las excavadoras se han topado con los materiales de mayor dureza, que en general son pizarras y se encuentran estratificadas, apunta el director técnico, Fernando Guijo. La obra en el interior de los túneles arroja ejemplos de alto tecnología, como un rayo láser fijado en una de las paredes laterales que sirve para marcar los límites en la horadación, pero también refleja estampas curiosas si se mira detenidamente la máquina rozadura: una inscripción a rotulador rojo indica que ha sido bautizada por los trabajadores como La Matilda. No es como en las obras del metro de Bilbao, donde el trabajo en el subsuelo se antoja más complicado y la humedad y el polvo son continuas molestias. Aquí, bajo el monte Artxanda, existe una sensación agradable mientras se visita el interior de un túnel, sólo perturbada por el ensordecedor ruido de la máquina rozadura machacando la piedra.

Las excavaciones han servido para vislumbrar con claridad un vestigio del pasado: junto al túnel que parte desde Deusto y enlazará con el Txorierri asoma otro pequeño agujero de apenas cuatro metros de diámetro. Se trata del que ideó a principios de siglo Indalecio Prieto, ministro de Obras Públicas, primer mentor de la construcción de un túnel en Artxanda. "Debe tener 100 metros. Pero no lo hemos examinado porque no sabemos cómo está el suelo. Creemos que va paralelo a nuestro túnel", explica uno de los técnicos.

El primer cale -la conexión de dos frentes de excavación de un túnel- no está lejano. La concesionaria calcula que a finales de marzo estará concluida la conexión entre Deusto y La Salve. Y en menos de un año deben concluirse los dos corredores principales. "Esperamos empezar con el peaje en el verano de 2001, lo que obliga a que las excavaciones estén concluidas seis meses antes", señala el director general, Pedro Asumendi. El proyecto de Indalecio Prieto se realizará, por fin, casi un siglo después.

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