Peligroso

En unas declaraciones que realizó hace unos meses a EL PAÍS Emili Tortosa, a la sazón presidente de la Fundación para la Ética de los Negocios y las Organizaciones (Etnor), afirmaba lo siguiente: las empresas cuanto más poder concentran, menos éticas son. Esta frase viene a cuento en nuestros días, entre otros muchos casos, por ese intercambio de acciones entre uno de los dos megabancos que tiene España en estos momentos y una controvertida multinacional que era pública hace apenas tres años y que al día de hoy (febrero de 2000) todavía ostenta el monopolio de las llamadas urbanas en toda la piel de toro.El juego es sencillo, intentar monopolizar en el futuro otro sector estratégico: Internet; además de colocarse en posición ventajosa en otros ámbitos importantes en nuestro país.

Yo no sé cómo vivirán los ciudadanos informados tanto intercambio de acciones, tanta fusión, tanta OPA, tanto plan de opciones sobre acciones, tanto beneficio en Bolsa o tanta absorción, pero yo estoy empezando a estar temeroso de que en España todos los sectores claves estén en manos de monopolios, cuasimonopolios u oligopolios que gobiernan unas pocas personas afines a un partido político que fue el que los puso en sus puestos; y que ya no sólo es el que tanto movimiento repercute negativamente en los bolsillos de todos nosotros a la hora de pagar la luz, el teléfono o llenar el depósito de gasolina; es que puede llegar un momento que tanto poder en manos de tan pocos pueda incidir negativamente en nuestra democracia. Me parece sencillamente peligroso que, con la excusa de competir internacionalmente en este mundo globalizado, se esté permitiendo que se creen monstruos empresariales difíciles de controlar y dominando sectores estratégicos prácticamente sin competencia.-