Putin descarta el progreso económico en Rusia si no se acaba con la corrupción

"No podrá haber progreso alguno en la economía si no se lucha contra la corrupción", declaró ayer Vladímir Putin, presidente interino de Rusia y favorito en las elecciones a la jefatura del Estado, que se celebrarán el 26 de marzo.Putin, que se encontraba en la ciudad siberiana de Irkutsk en una reunión con líderes regionales, subrayó que la principal medida para combatir ese mal es implantar una "severa observancia de la ley".

Putin hizo estas declaraciones en un momento en el que las autoridades rusas guardan silencio sobre las nuevas revelaciones de blanqueo de dinero a través del Bank of New York (BNY). Lucy Edwards, exvicepresidenta del BNY en Londres, y su marido, Peter Berlin (ambos de origen ruso y naturalizados estadounidenses), confesaron el miércoles pasado haber colaborado en la salida ilegal de dinero de Rusia. La firma Benex, de Berlin, abrió cuentas en el BNY, a través de las cuales movió cerca de 7.000 millones de dólares (más de un billón de pesetas) que terminaron en paraísos fiscales. Los banqueros rusos que utilizaban a Berlin tenían tres fines primordiales: evadir impuestos sobre ingresos obtenidos en negocios legales; evadir las tarifas aduaneras sobre importaciones y blanquear las ganancias de empresas criminales. El escándalo se hizo público el pasado verano y coincidió con las acusaciones de corrupción que salpicaron a la familia de Borís Yeltsin.

En Irkutsk, Putin respaldó la iniciativa de la Unión de Fuerzas de Derechas (UFD) para realizar un referéndum sobre varios temas candentes, en particular la propiedad privada sobre la tierra. La UFD desea también quitar la inmunidad a los diputados, restringir la facultades del presidente relativas al cese del Gobierno y que a las guerras internas se envíe sólo a soldados profesionales. La Comisión Electoral Central (CEC), basándose en un tecnicismo, se negó a convocar el referéndum a pesar de los millones de firmas recolectadas en su apoyo. La CEC anteayer también denegó el registro como candidato a presidente al ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, debido a que éste no declaró un pequeño apartamento de su hijo.