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Los dirigentes de la CDU alemana discuten con las bases la renovación del partido conservador

Pilar Bonet

Los dirigentes de la Unión Cristiana Democrática (CDU) abrieron ayer un proceso de diálogo con las bases para dar ejemplo del nuevo comienzo con el que intentan conjurar el pasado y los lastres de la época de Helmut Kohl. Tras varias jornadas de intensas reuniones en Berlín, la secretaria general de la CDU, Angela Merkel, y el vicepresidente del partido, Christian Wulff, acudieron ayer a Wolfenbüttel, una ciudad industrial de 35.000 habitantes cerca de Hannover, al encuentro de las quejas, los deseos y las sugerencias de los militantes. No hubo selección previa de delegados ni limitaciones de temas.

Esta conferencia regional -a la que fueron convocadas las organizaciones de los länder de Baja Sajonia y Sajonia-Anhalt- era la primera de una serie que se celebrarán antes del congreso del partido en abril y suponía una novedad respecto a otros foros, porque estaba concebida como una posibilidad de diálogo directo, no estructurado por medio de elección de delegados. "Nunca habíamos vivido una cosa así. Jamás había venido nadie a preguntarnos lo que pensábamos ni nos habían convocado de una forma tan abierta", afirmaba Berlita Albrecht, granjera y militante del partido desde hace 10 años. "Necesitamos nueva gente, nuevas ideas y menos mentiras", dijo.Por la mañana, el grupo parlamentario de la CDU-CSU (que incluye a la Unión Social Cristiana de Baviera) había aceptado la propuesta de la dirección del partido para elegir al presidente y vicepresidente del grupo parlamentario el 29 de febrero, tras las elecciones de Schleswig-Holstein.

Friedrich Merz, el candidato designado para el primer puesto, intervino ayer en el debate económico del pleno del Bundestag (Parlamento) para reprochar al Gobierno socialdemócrata-verde su falta de voluntad de reforma, y señaló que ésta se reflejaba en la debilidad del euro. Merz criticó el concepto de reforma fiscal del Ejecutivo, que, según él, favorece a las grandes empresas en detrimento de las medianas.

Cerca de mil personas aclamaron ayer a Merkel en el polideportivo donde se habían reunido los militantes democristianos venidos a Wolfenbüttel desde un land del este (Sajonia-Anhalt) y del centro de Alemania (Baja Sajonia). Estas circunstancias geográficas hacían que el ambiente fuera muy favorable a Merkel, lo que no necesariamente tiene que repetirse en las regiones del oeste y del sur del país, más suspicaces con los alemanes del Este.

La secretaria general no se negó a hablar del pasado, pero insistió en centrarse más en el futuro, y para ese futuro sin Kohl, Merkel barajó tres elementos: la renovación de la economía social de mercado, el apoyo en las regiones y los valores cristianos.

"Sólo una discusión viva y justa nos conducirá a la modernización. La conferencia de hoy es un comienzo", señaló Merkel. Las intervenciones fueron muchas y variadas, pero el evento no agotó las cuatro horas que había previsto y concluyó con el himno nacional a las ocho de la tarde.

Los militantes expresaron diversidad de opiniones sobre el grado de análisis del pasado que consideran necesario y sobre las cuestiones para promover en el futuro (desde el tren de alta velocidad, que el Gobierno ha descartado, hasta un nuevo concepto de reforma educativa). Varios fueron los que reconocieron que la democracia interna no había funcionado en la CDU durante la época de Helmut Kohl. "A menudo no estábamos de acuerdo, pero callábamos y aplaudíamos, aunque sabíamos que Kohl nos llevaría a la derrota. Sin embargo, nadie se levantaba en los congresos y sólo después pensábamos que hubiéramos debido hablar", manifestó un hombre de mediana edad.

Más democracia interna

"La crisis da la posibilidad de vincularse más a las bases. No puede ser que la lista de oradores se componga a capricho como antaño", manifestó otro. Un militante pidió que el presidente de la CDU sea elegido a partir de consultas directas con los militantes de base, y no por los delegados convocados al partido. "No queremos una solución intermedia ni una transición, sino gente que pueda transmitir que se ha acabado con la época de Kohl", manifestaba una joven.

Merkel se mostró integradora y a favor de "mantener unidas las generaciones". El visible favor del público no es representativo de toda la CDU. "El presidente de la CDU debe ser Volker Rühe", decía uno de los funcionarios de la CDU que acompañaban a Merkel en la provincia. No faltó quien criticó a Edmund Stoiber, el jefe del Gobierno de Baviera, que se ha mostrado distanciado respecto a Merkel. Sin embargo, Christian Wulf trató de mediar en esta cuestión y elogió la solidaridad con la que se ha comportado la CSU bávara.

"Sabemos que no todo está aclarado y que tendremos que soportar nuevas y desagradables revelaciones, pero Alemania necesita una Democracia Cristiana fuerte", manifestó uno de los muchos militantes que tomaron la palabra ayer en Wolfenbüttel.

En el escenario, detrás de Merkel, colgaba un nuevo cartel del partido con el lema Responsabilidad. Cambio. Confianza. Este lema ha sustituido al anterior, En medio de la vida, poco apropiado para las circunstancias post-Kohl.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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