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Los sindicatos acusan a un alto cargo de Cultura de "despotismo"

Las centrales sindicales ELA, LAB, CC OO y UGT -las cuatro mayores de Euskadi- han dirigido una carta al lehendakari, Juan José Ibarretxe, pidiéndole que destituya al director de Patrimonio Cultural, Eduardo Estrade, por su actitud "despótica y humillante" hacia los trabajadores. En su carta, los sindicatos, que conforman la totalidad de la representación del personal en la Administración general vasca, describen una larga lista de irregularidades supuestamente cometidas por este alto cargo dependiente del Departamento de Cultura, entre las que se encuentran las de "abusar del lenguaje obsceno y machista, y registrar algunos armarios y ordenadores asignados a los trabajadores en ausencia de éstos".Las centrales, que mantienen en este asunto una inusual unidad de acción, han decidido recurrir a Ibarretxe por "la gravedad" de la situación y ante la ausencia de "una adecuada resolución por parte de las viceconsejerías de Función Pública y de Cultura".

Los sindicatos recuerdan en su mensaje al lehendakari que las quejas contra el director de Patrimonio Cultural son "constantes" desde que éste tomó posesión de su cargo en la legislatura pasada. El texto cita "las actitudes autoritarias, despóticas y humillantes [de Estrade], las amenazas físicas a los trabajadores y las instrucciones contradictorias e irracionales, los comportamientos abiertamente sexistas y la prohibición de que los trabajadores hablen entre sí" como pruebas de la situación de "tensión, miedo y estrés" que sufre el personal.

Pagos "descontrolados"

Según las centrales, "el desarrollo del trabajo administrativo en condiciones normales es imposible, lo que ha provocado que gran parte del personal haya salido de la dirección de Patrimonio Cultural en la forma en que le ha sido posible". Además, revelan que se ha contratado a personal de forma irregular y se ha empleado de una manera "descontrolada" la remuneración a determinados trabajadores a través de dietas y gasto en kilometraje.

"Para intentar hallar una solución", indican las centrales, "nos hemos dirigido a la viceconsejería de Función Pública, pero se ha desentendido del problema bajo la argumentación de que los cargos públicos de la Administración no son de su competencia. Por su parte, los responsables del Departamento de Cultura se han limitado a sugerir un nuevo plazo de espera para la 'reeducación' del responsable de Patrimonio Cultural, lo que supone reconocer que hay problemas con los modos y maneras del director que perturban el desarrollo de la actividad laboral".

El director de Patrimonio Cultural evitó hablar con EL PAÍS sobre el asunto y el responsable de prensa del departamento tachó de "falsas" algunas de las acusaciones, como las de registrar armarios y ordenadores, y resaltó que las centrales no han empleado "los cauces adecuados".

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