Los obispos proclaman que ningún partido merece el voto por no abolir el aborto

Todos los partidos españoles están ya caídos y empecatados, o tienen un tirón hacia el mal. El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Asenjo, extendió ayer esa condición agustiniana del ser humano a las fuerzas políticas al dar a conocer los documentos con los que la Comisión Permanente de la CEE pretende orientar el voto. Aunque ningún partido "se adecua plenamente con el Evangelio", Asenjo dijo que "votar es un deber moral" y que, por tanto, hay que optar "por el mal menor". El PP ha mantenido la ley del aborto, pero PSOE e IU proponen ampliarla. Los obispos advierten igualmente de que "desde la conciencia cristiana, un católico no puede votar" a un partido que propugne la violencia y el terrorismo.

El cardenal Antonio María Rouco adelantó hace una semana sus lamentos porque el Gobierno del PP no haya derogado la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo, aprobada por los socialistas en 1985 con la radical oposición del partido fundado por Manuel Fraga y dirigido ahora por José María Aznar. Ayer la CEE, presidida por el propio Rouco, dio un paso al frente al colocar al PP junto a los partidos no aconsejables electoralmente de manera incondicional. Por primera vez en 20 años, los obispos apelan al "mal menor", o "al bien posible". Y siempre será un mal mayor votar al PSOE y a IU, partidarios de la ampliación de la ley del aborto."Un católico no puede votar a un partido que propugne la violencia o la muerte", proclamó el portavoz de la CEE cuando todavía la Comisión Permanente seguía reunida. Se refería al aborto, pero también al terrorismo. Los obispos consideran de especial relevancia, ante las elecciones del 12-M, que se apoye a las formaciones políticas que promueven la "búsqueda sincera de la paz y de la reconciliación y condenan la violencia y el terrorismo". "Desde la conciencia cristiana, un católico no puede votar a un partido que propugne la violencia y el terror", insistió Asenjo en referencia a la lucha armada. A la convocatoria acudieron los 22 miembros de la dirección, menos el obispo electo de San Sebastián, Juan María Uriarte, que tomará posesión el día 27 en sustitución de José María Setién.

Desorden moral en Sanidad

El portavoz de los obispos, antes de leer a los periodistas la reflexiones electorales de la CEE, hizo público un severo comunicado contra la "regularización comercial de la píldora abortiva", acordada por el Ministerio de Sanidad el pasado día 8. Los prelados consideran la actitud del ministerio una "gravísima transgresión moral" y afirman que tal "connivencia de la autoridad con un desorden moral tan grave es legalmente posible porque la actual legislación sobre el aborto lo permite". "Denunciamos el hecho de que nuestras autoridades sanitarias abdiquen de su deber de velar por la vida y la salud de todos, permitiendo por este medio la eliminación de vidas humanas inocentes", advierte la CEE.

La píldora RU-486 está en poder de los hospitales después de un largo trámite de aprobación. Algunas organizaciones feministas acusaron en el último año a Sanidad de entorpecer la llegada a España de ese fármaco, que los obispos calificaron ayer de "tan inmoral como el recurso al aborto por medio quirúrgicos". "El crimen no se perpreta con arma blanca, pero sí por medios de una química letal", dice el comunicado remitiéndose a otra declaración episcopal de 1998, titulada El aborto con píldora también es un crimen.

En cambio, la "nota de la Comisión Permanente de la CEE ante las próximas elecciones", entregada aparte, es menos severa en la forma. En 60 líneas, los prelados llaman a votar ("es un deber moral, como amar a los padres", opina su portavoz); advierten de que "una misma fe puede conducir a compromisos políticos diferentes y que, en algunas cuestiones, una propuesta es una opción entre otras igualmente lícitas y legítimas", y concluyen que, "para votar en coherencia con la propia fe", hay que valorar "quién promueve y defiende eficazmente los derechos fundamentales de la persona". "En caso de conflicto, habrá que optar por el bien posible", aclara la CEE, antes de subrayar la imposibilidad de elegir a quien no respete "sin fisuras a la vida".

En la conferencia de prensa posterior, el obispo portavoz no pudo, sin embargo, sostener esa angelical opción de votar por el "bien posible", a la vista de las arremetidas anteriores contra los tolerantes con el aborto y la píldora RU-486. Asenjo, entonces, apostó "por el mal menor". "Está bien clara nuestra postura. Ningún partido se adecua plenamente a los evangelios. Y en caso de perplejidad, habrá que aplicar un principio moral reflejo". "Por el bien posible o por el mal menor", especificó.

De ahí a aconsejar el voto en blanco o el nulo no hubo más paso que el necesario para descartar que se estaba aconsejando la abstención. Asenjo rechazó esa insinuación de un periodista. "El voto en blanco no es abstención", dijo.