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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Peligro público

Tras el estallido de violencia xenófoba de El Ejido, todas las instituciones públicas se han dado prisa en apagar el incendio mediante una serie de medidas dirigidas a la integración social y laboral de los inmigrantes. Con una excepción: el alcalde Juan Enciso, del PP, que quiere que las cosas vuelvan a ser como antes. Desde el primer momento ha estado ausente del esfuerzo común, ha rehuido las reuniones de la mesa por la integración de los inmigrantes, se ha negado a abordar el asunto en el primer pleno municipal celebrado tras los incidentes y, en general, se ha comportado como si los gravísimos sucesos acaecidos bajo su mandato no fueran con él. O peor: le parecieron la cosa más natural del mundo.Este alcalde, que parece considerar a los inmigrantes como delincuentes en potencia antes que como ciudadanos, se niega ahora a ceder suelo municipal para instalar campamentos donde puedan alojarse provisionalmente los marroquíes. Como coartada, blande las firmas de 8.500 vecinos de los más de 50.000 censados en la localidad que opinan, como su alcalde, que la mejor política municipal de vivienda, tratándose de extranjeros pobres, es dejar que se las arreglen como puedan. Más que como moderador, este alcalde actúa como aglutinante de los sectores más intolerantes del vecindario, convirtiéndose en el obstáculo más formidable a la política de normalización que tratan de articular las otras administraciones públicas.

Sin unas condiciones mínimas de habitabilidad será muy difícil la integración. Pero si el alcalde comienza por negarse a ceder suelo municipal para instalar campamentos provisionales, está boicoteando cualquier intento de normalización. El partido del Gobierno no puede lavarse las manos. Se trata de un alcalde al que el PP debe su actual mayoría en la Diputación de Almería, que coqueteó en su momento con el GIL y que cuenta con el apoyo de los máximos dirigentes del partido. Resulta llamativa la defensa que el vicepresidente Rato y la candidata andaluza Teófila Martínez hacen del alcalde Enciso, que ha recibido también el espaldarazo del inefable portavoz del PP Rafael Hernando, un gran centrista que justifica al alcalde con la bobada de que el problema "no se soluciona con tres tiendas de campaña". Menos aún sin ellas.

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