Los protestantes reivindican de nuevo su derecho a manifestarse por los barrios católicos de Belfast
En medio de la desolación por el descarrilamiento del proceso de paz, no podía faltar en el Ulster el recrudecimiento de la tensión en uno de los temas de continua tensión entre católicos y protestantes: las marchas orangistas a través de barrios católicos en conmemoración de momentos históricos de las victorias protestantes. Después de unos meses de silencio, unos 200 lealistas de Portadown se manifestaron en Drumcree, escenario de sangrientos enfrentamientos durante las procesiones orangistas del verano de 1998, para clamar de nuevo por su derecho a desfilar atravesando el barrio católico de Garvaghy Road, que conduce hasta su templo. La cuestión de los desfiles orangistas, además, vuelve a enfrentar al Sinn Fein con el Gobierno británico.Londres ha decidido sumar a la legislación sobre los desfiles en el Ulster el artículo 11 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que contempla el derecho a la libre asamblea, según contaba ayer la prensa de Irlanda del Norte. Esto facultará a los tribunales de Irlanda del Norte para permitir que las marchas orangistas recorran las zonas católicas, una costumbre que supone un desafío para los republicanos y que siempre acaba en enfrentamientos. Por ello, el Sinn Fein ha criticado la introducción de esa cláusula, al igual que la Comisión de Derechos Humanos del Ulster, que acusa a Londres de no haberle consultado ese paso. "Conociendo los prejuicios de los tribunales de Irlanda del Norte, esto es totalmente inaceptable", declaró la portavoz de Derechos Humanos del Sinn Fein, Mary Nelis.
En los últimos años, la Comisión de Desfiles había prohibido el paso de los orangistas por las zonas más sensibles y había fijado caminos alternativos. Varias decenas de lealistas mantienen retenes de protesta desde el verano de 1998 en Drumcree, en Portadown, para recordar que quieren atravesar el barrio católico, pero su voz se había ido apagando en los medios de comunicación. Días atrás, sin embargo, en un momento en que los unionistas se sienten fortalecidos por la suspensión del Ejecutivo autónomo que compartían con los católicos, los orangistas lograron reunir a 200 fieles para hacer llegar a la policía su carta de protesta.
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