Entrevista a Celia Villalobos Candidata del PP por Málaga "Que no me engañen con cuotas femeninas del 50%"

La alcaldesa de Málaga, Celia Villalobos, cree que los problemas de los emigrantes los deben resolver los ayuntamientos y, en consecuencia, sostiene que "la Administración más cercana al ciudadano" necesita competencias y dinero para integrarlos.Pregunta. ¿Cómo se arregla un problema como el de El Ejido?

Respuesta. La gente tiene miedo a lo desconocido. ¿Cómo es posible que en este momento no se esté haciendo el esfuerzo de enseñar español y las costumbres del lugar en el que están viviendo a los inmigrantes, muchos de ellos con empleos legales? A esto hay que dedicarle tiempo y dinero. Y no se ha hecho nada.

P. En la Ley de Extranjería, el PP ha dado la impresión de situarse a la derecha.

R. La ley debería haber ido acompañada de una financiación importante, porque, al final, los ayuntamientos pagamos los platos rotos. Ha sido una frivolidad de algunos que aprobaron la ley creer que habían resuelto el problema y que los demás estábamos a la derecha.

P. ¿Los ayuntamientos deben ocuparse de ello?

R. Las corporaciones locales tenemos que buscar soluciones a problemas reales para los que no tenemos financiación: viviendas, servicios sociales... Se ha hecho un esfuerzo enorme de transferencias a las comunidades, y los ayuntamientos tenemos que resolver cuestiones sobre las que no tenemos competencias.

P. ¿Cree que Manuel Pimentel y Amalia Gómez han quedado desairados con esta ley?

R. Manuel Pimentel hace mucho tiempo que decidió que iba a estar cuatro años y es un hombre bastante coherente. Su marcha no tiene nada que ver con una ley ni con un momento.

P. Sin Pimentel y sin Amalia Gómez, ¿queda desguarnecido el flanco izquierdo de su partido?

R. Las políticas sociales que ha llevado a cabo Pimentel estaban en el programa del señor Aznar. Lo hizo Arenas, las continuó Pimentel y las hubiera hecho cualquier ministro de Trabajo. Y en esto tengo más conocimento de causa que nadie, porque elaboré ese programa con un equipo de personas.

P. Con usted y Teófila Martínez, ¿no cree que Rato está muy bien representado en el territorio natural de Javier Arenas?

R. [Risas]. Eso es una terrible maldad. [Risas]. Rato no necesita intermediarios. Y el territorio de Andalucía es de los andaluces. Arenas es candidato por Sevilla, nuestro secretario general, y siempre será una persona importante. Pero quien va a dirigir los destinos del PP aquí es Teófila Martínez.

P. La dirección de Málaga, muy unida a Arenas desde el PDP, no ha tenido ningún peso en la lista al Congreso.

R. La elaboración de candidaturas será muy complicada mientras no haya listas abiertas. Cuando se están elaborando listas, en los pasillos de las direcciones nacionales hace un frío terrible. Los cuchillos cruzan a gran velocidad. En el PP y en los demás.

P. El señor Aznar empezó su primer Gobierno con cuatro mujeres y lo termina con dos. Chaves ha anunciado que la mitad de su próximo Ejecutivo será femenino. ¿Pasará lo mismo en el PP?

R. Estoy convencida de que sí. Es importante que las mujeres estemos en los núcleos de poder políticos, financieros y mediáticos. Que en la estructura de los partidos aparezcan la vicesecretaria de la mujer y de acción social no me sirve. Que no me engañen con cincuentas por ciento en las cuotas femeninas. Lo que quiero es que las políticas de igualdad funcionen: que la falta de formación deje de ser predominante entre las mujeres.

P. Usted llegó, si me permite la expresión, a chantajear a Aznar diciendo que si no se comprometía con el AVE Córdoba-Málaga no se volvería a presentar a las municipales en el 99.

R. A mí la palabra chantaje no me gusta. Yo dije que estaba tan segura de que el AVE venía a Málaga que, si eso no fuera así, yo no me presentaba a la alcaldía. El AVE viene a Málaga y yo estoy de alcaldesa.

P. ¿Y se lo habrá perdonado?

R. No creo que tenga nada que perdonarme.

P. ¿Andalucía ha sido defendida por el Gobierno? El censo del 96 o la financiación han provocado tensiones con la Junta.

R. Otras comunidades gobernadas por los socialistas han sido capaces de resolver los problemas que tenían a través del diálogo. Chaves optó por la confrontación. Ha aceptado que en su partido le convirtieran en la oposición al Gobierno porque en el Parlamento no eran capaces de hacerlo sus compañeros diputados. Lo han convertido en el chivo expiatorio del PSOE. Y al final, a los andaluces, en rehenes de esta estrategia.

P. Hay una regla no escrita según la cual hay un ministro andaluz en el Gobierno...

R. Imagino que habrá ministros andaluces en el próximo, como los ha habido antes.

P. ¿No se pusieron demasiado nerviosos Aznar y Arenas con el peligro socialcomunista?

R. El problema es el camino que anda Almunia hasta que llega ahí. Primero habla de un pacto con los nacionalistas. De ahí pasa al modelo Maragall, de la España federal, sin cambiar la Constitución. Entonces Borrell, Chaves, Ibarra y Guerra dicen que es una locura. Entonces va y plantea el pacto con IU, para sumar votos. Y la expresión más clara es que no hay pacto en Andalucía, porque Chaves no necesita los votos. El señor Almunia ha dicho que la puerta de La Moncloa la va a hacer más grande. Por cierto, que no hace ninguna falta, porque es muy grande: caben dos y tres juntos. Y si no, que se pongan en fila. Y el señor Frutos, ¿va a entrar por la puerta de La Moncloa con Almunia a cambio de nada? O a cambio de que las políticas que se hagan estén próximas a IU.

P. ¿Le ha llegado el momento de ser ministra?

R. Ésa es una responsabilidad del señor Aznar. Yo, de alcaldesa estoy feliz. Y hay ministerios que son mucho menos importantes que ser alcaldesa de Málaga.

P. Se lo digo porque, teniendo en cuenta que habrá más mujeres, que el ministro andaluz causa baja y que el flanco izquierdo del partido queda debilitado, usted se presta perfectamente a suplir esos tres déficit.

R. [Risas]. Qué ganas tienen ustedes de echarme de Málaga. [Risas]. Yo creo que hay muchas mujeres en el partido y, mientras Aznar esté en el Gobierno, el ala izquierda del PP está muy bien protegida.