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Graves diferencias entre Londres y Dublín sobre el compromiso del IRA

Los Gobiernos de Londres y Dublín iniciaron ayer conversaciones directas para definir una estrategia común que encarrile el proceso de paz en el Ulster con todos sus protagonistas a bordo. Las diferencias entre ambos Ejecutivos, las más serias de los últimos tres años, se centran en sus interpretaciones sobre el alcance del compromiso del Ejército Republicano Irlandés (IRA) con la entrega de armas que recoge el segundo informe de la Comisión Independiente de Desarme.

Este segundo informe, positivo respecto a las intenciones del IRA, fue publicado poco después de la suspensión de las instituciones autonómicas de Irlanda del Norte por parte del Gobierno británico, el pasado viernes. Los católicos y Dublín han acusado a Londres de ignorarlo. "No subestimo su significado", dijo ayer Peter Mandelson, ministro británico para Irlanda del Norte, tras su encuentro con el ministro de Exteriores irlandés, Brian Cowen. "Si significa lo que parece que significa, puede ser la primera señal de que el IRA se prepara finalmente para dejar las armas de una vez para siempre". El ministro Mandelson, sin embargo, exigió "más claridad" del movimiento republicano antes de revocar una decisión muy criticada por nacionalistas y republicanos norirlandeses y por el Ejecutivo de Dublín.

Para el Gobierno de Dublín no hay dudas respecto al "significado profundo" del último informe de la comisión en la resolución de un obstáculo simbólico que retrasa una vez más el progreso hacia la paz duradera. "La comisión cree que tiene por primera vez el compromiso del propio IRA de que el desarme sucederá. Éste es un avance enorme", defendió ayer Bertie Ahern, primer ministro irlandés.

La brecha entre Londres y Dublín se refleja en las palabras de Ahern, quien advirtió en la edición de ayer del diario Irish Times que la "suspensión no se incluye en los términos" del Acuerdo Anglo-Irlandés de 1998 y, continúa, su prolongación puede empeorar la situación. "La Comisión de De Chastelain es el instrumento en términos del desarme y la llave para lograrlo en la realidad", escribe Ahern en línea con el Sinn Fein, la rama política del IRA, y los nacionalistas de John Hume. La Comisión de De Chastelain hace una valoración positiva sobre el compromiso del IRA, basada en conversaciones con este grupo paramilitar, cuyos emisarios han indicado "el contexto en el que se iniciará un proceso de poner las armas fuera de uso".

Vieja fisura

Este contexto no se ha dado a conocer y da pie a las exigencias de claridad por parte de Mandelson y de los políticos unionistas. "Necesitamos saber si van a decomisar las armas y cuándo lo van a hacer", señaló ayer el líder unionista y primer ministro del Gobierno autónomo recién suspendido, David Trimble.

La suspensión del autogobierno ha vuelto a abrir la vieja fisura de la isla de Irlanda, con los unionistas y el Gobierno británico formando un aparente bloque compacto frente al llamado pan-nacionalismo irlandés, integrado por el Ejecutivo de Dublín y los nacionalistas y republicanos norirlandeses. Estos últimos exigen la reanudación de las instituciones -"idealmente hoy o mañana", dijo ayer Brian Cowen, ministro irlandés de Exteriores- y la delegación del conflicto del desarme en la Comisión.

Por el contrario, para el primer bloque, la única salida a la crisis actual pasa por una revisión del Acuerdo de Viernes Santo de 1998, la segunda en menos de seis meses, y un compromiso práctico con el desarme. Esta vía pone en peligro la prolongación de los contactos entre la organización armada y la Comisión del Desarme.

El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, continuó ayer acusando a Londres de actuar a beneficio de los unionistas desoyendo el informe de De Chastelain. "¿Cómo puede alguien trabajar con una comisión que cuando hace un informe que al Gobierno británico y a los unionistas no les gusta simplemente lo tiran a la basura?", declaró Adams.

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