UN ADMIRADOR DEFRAUDADO

A Stefan Wirgler lo defraudan sus propios ídolos. Los Rolling Stones. En honor a los músicos que marcaron el ritmo de su vida, Wirgler abrió en el distrito nr. 2 de Viena una taberna a la que llamó Rolling Stones. El desastre sobrevino en 1998, coincidiendo con una gira que llevó a los reyes del rock a Austria. Los abogados de los rockeros multimillonarios demandaron al tabernero austriaco por plagiar al precioso nombre. Wirgler no sabe si los aucusadores se toparon casualmente con la piedra de la discordia mientras daban una vuelta por las calles de Viena o si la descubrieron durante un paseo por el Internet. El hecho es que exigieron que la taberna cambiara de nombre. El tabernero se negó y ganó el pleito en primera instancia el pasado mes de noviembre. Mick Jagger, Keith Richards y demás miembros de la banda triunfaron, sin embargo, al presentar recurso. "Los Rolling Stones sostienen que soy un parásito de la fama de su nombre", lamenta el ex devoto admirador, decidido a continuar la lucha, aunque sólo sea para tener la oportunidad de encontrarse cara a cara con sus ídolos.- ,