TVE presenta las gestas de Herzog y Oiarzabal en el Annapurna
Sentados el uno junto al otro en un auditorio de Vitoria, Maurice Herzog y Juanito Oiarzabal vieron desfilar ante sus ojos los momentos más intensos de sus respectivas vidas, imágenes reunidas en un documental que el programa de Televisión Española Al filo de lo imposible estrenó en primicia el pasado 9 de febrero en Vitoria. Annapurna, título de la cinta, es pura emoción, un reportaje que en 57 minutos concede muchas claves para entender qué sentido tiene el alpinismo y lo que significa vivir atado a una pasión.
El Annapurna es, sobre todo, la primera de las 14 cimas de 8.000 metros hollada por el hombre, en 1950, honor del que disfruta el francés Herzog. En la misma montaña del Himalaya nepalí, conquistada por el alavés Juanito Oiarzabal el pasado 29 de abril, Al filo de lo imposible cerró su recolecta de imágenes para una emisión única que funde en una narración paralela el pasado y el presente de una actividad para muchos incomprensible. Allí, Oiarzabal se unió al grupo de cinco alpinistas que han pisado las 14 cimas del planeta, pero su gesta no sólo compartía el escenario helado pisado por Herzog años atrás: constituía una suerte de relevo, la confirmación para el francés del pensamiento que puntúa su libro Annapurna, primer ochomil. "En la vida de los hombres siempre habrá otros Annapurna". En lo más alto de la mítica montaña, Ferran Latorre y Juan Vallejo filmaron uno de los momentos fuertes del documental, cuando Oiarzabal extrae de un cilindro la última página del libro de Herzog, donde puede leerse escrita a mano la frase que cierra definitivamente su obra: "... 50 años más tarde he visto que ésa es la verdad".
Dos años de trabajo
El equipo de Al filo invirtió más de dos años en recopilar el material filmado, condujo a Herzog, de 80 años, al campo base del Annapurna cuando Oiarzabal preparaba su ataque a la montaña y negoció intensamente para adquirir imágenes grabadas hace medio siglo. Éstas corresponden al documental filmado por Marcel Ichac y titulado Victoria sobre el Annapurna de 1950, así como a la cámara de ocho milímetros que portaba Francis de Noyelle, compañero de expedición de Herzog. Documentos y fotografías de la época redondean un documento excepcional sostenido por un guión "muy fácil de realizar, porque se escribía casi solo", según explicó Sebastián Álvaro, director del programa.
El documental sobre la última conquista del Annapurna, dividido en dos capítulos, se emitirá a través de la pequeña pantalla a finales de marzo. La cinta contiene imágenes inolvidables, pero éstas se pliegan ante su contenido: una a una van desgranando las razones para creer en una forma determinada de vida, o por lo menos entenderla. Si Annapurna no consigue convencer y emocionar a los escépticos, no existe discurso televisivo capaz de lograrlo.
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