200 vecinos de Griñón paran la moción de censura contra su alcalde El griterío obligó a suspender el pleno

La moción de censura contra el actual alcalde de Griñón (4.100 habitantes), Juan Francisco Díaz, del PP, tendrá que esperar como mínimo hasta mañana, lunes. Alrededor de 200 vecinos lograron reventar el pleno en el que se iba a discutir la moción de censura de dos ediles del Grupo Popular y de los cuatro concejales de la Agrupación Independiente de Griñón (AIG). Los gritos y los insultos de los espectadores impidieron la celebración de la sesión plenaria.

Los ánimos de los seguidores del actual alcalde estaban encendidos. El pleno se trasladó al teatro municipal, ya que tiene mayor capacidad que el salón plenario del Ayuntamiento. Los incondicionales de Juan Francisco Díaz llegaron pronto al centro. Querían que el concejal número cinco de la lista del PP, Jesús Castellano, no pudiera lograr el bastón de mando. Cuando iba a iniciarse el pleno, comenzaron a chillar y a proferir insultos contra "los dos tránsfugas". El presidente de la mesa de edad ordenó desalojar para llevar a cabo la sesión a puerta cerrada, pero no pudo.El público siguió insultando a Castellano y a su compañera en la moción de censura, la número tres de la lista popular, María Luisa Barroso. "Iros del pueblo", "cobardes", "enano, vete, el pueblo no te quiere" o "Natividad, vete a fregar" fueron algunas de las consignas lanzadas por los congregados, mezcladas con insultos a los dos ediles. Los 11 concejales del Ayuntamiento de Griñón (cinco del PP, cuatro de AIG, uno del Foro por Griñón y uno del Partido Reformista de Griñón) esperaron más de media hora a que se calmaran los ánimos. Lejos de cesar la protesta, los manifestantes se fueron acercando al escenario del teatro aún más vociferantes. Al final, Díaz bajó del estrado e intentó serenar a sus seguidores.

Escolta de Guardia Civil

Mientras, Jesús Castellano se refugió detrás del escenario. Los congregados pensaron que iba a salir por la puerta de atrás, escoltado por la Guardia Civil, por lo que se dirigieron rápidamente a la parte posterior. Los agentes del instituto armado ofrecieron escolta a los ediles del PP que presentaron la moción de censura contra su compañero de lista. Ambos se negaron a salir. "Yo no quiero salir escoltado por la fuerza pública. Los periódicos se van a quedar sin esa imagen tan vergonzosa", señaló Castellano. El alcalde les ofreció su ayuda para abandonar el local, pero la rechazaron. Al final salieron por una puerta lateral.

Castellano dimitió como concejal de Industria, Comercio, Inversión, Deportes, Festejos y Transportes el 11 de enero. Tres días después le siguió su compañera María Luisa Barroso, edil de Urbanismo y Servicios Sociales. Castellano presentó entonces en el registro la moción de censura contra su correligionario. Aseguró que el regidor "no estaba haciendo las cosas a los modos y maneras del PP". "Se producían desviaciones en el día a día sin que nadie pusiera freno. No era capaz de seguir el programa electoral y metía a trabajadores de su confianza a dedo", afirmó el edil.

El alcalde negó todas las acusaciones y se mostró "emocionado" con la respuesta de sus vecinos. "La gente no le quiere. Sólo está defendiendo lo que ha votado. Me acusan de intereses particulares, cosa que no es cierto. Lo que es muy raro es que se presente en registro la moción de censura justo cuando se acaba de firmar el avance del Plan General de Urbanismo", afirma Juan Francisco Díaz, quien acusó al presidente local del PP, Manuel Ajenjo, de promover la moción. "Yo pasearé con la cabeza muy alta y dignamente por mi pueblo, cosa que otros no pueden hacer", concluyó.

La corporación municipal tiene que elegir ahora una nueva fecha para discutir la moción de censura. Fuentes municipales señalaron ayer que ésta se podría llevar a cabo mañana mismo, antes de un pleno fijado para el mediodía.