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Entrevista:C0NFLICTO RACIAL EN EL EJIDOEntrevista a Manuel Chaves Presidente de la Junta de Andalucía

"Hubo pasividad de la policía porque el alcalde impuso su criterio"

Le obsesiona la palabra normalidad, pero Chaves quiere también justicia: no son racistas todos los ejidenses, ni asesinos todos los magrebíes. Tilda de "despreciable" a quien quiera ganar votos tras los sucesos de Almería.Pregunta. Los sucesos de El Ejido estaban anunciados. ¿Qué se hizo para evitarlos?Respuesta. Todos tenemos que hacer una autocrítica de lo ocurrido. En lo que compete a la Junta, habíamos hecho un esfuerzo considerable: los inmigrantes, regularizados o no, tenían garantizada la asistencia sanitaria, y sus hijos tenían su puesto escolar.

P. Habría otros problemas.

R. Dos: alojamientos y seguridad ciudadana. Cuando intentamos resolver el problema de la vivienda, nos encontramos con la oposición de algunos alcaldes, entre ellos el de El Ejido, que no querían ceder a la Junta suelo para construir estos alojamientos. El segundo problema, la seguridad, ha tenido una influencia notable en lo ocurrido. No quiero decir que los problemas de seguridad sean responsabilidad de los inmigrantes: no podemos relacionar los problemas de seguridad con una determinada etnia, raza o religión. Pero es verdad que habían subido los índices de inseguridad y no se habían establecido las medidas policiales necesarias.

P. Anunció en Almería el día 8 que destinaría, junto con el Ministerio de Trabajo, 200 millones para construir viviendas para inmigrantes. Algunos creen que los detraerán de lo destinado a los españoles.

R. Hay, efectivamente, entre algunos una sensación errónea de que les estamos quitando o recortando un derecho a los españoles de El Ejido. Ésa es una conclusión equivocada. Hay que arreglar las condiciones de habitabilidad de los inmigrantes sin que se recorten los planes para los ciudadanos españoles.

P. ¿No llega tarde este dinero?

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R. Bueno, pero hay que hacerlo. Ya hemos tomado nota de lo que ha pasado y cuáles han sido los errores. Ahora hay que poner los medios para evitar que esto se repita en el futuro.

P. Hablando de errores, ¿qué parte de culpa tienen los partidos en el estallido racista?

R. El estallido es consecuencia de la muerte de una persona [Encarna López Valverde, de 26 años] por un magrebí. Una circunstancia imprevisible, que ha provocado el estallido a través del cual se ha querido hacer responsable a un determinado colectivo de la muerte de esa persona. El colectivo marroquí no tiene culpa de lo ocurrido. Pero el colectivo español tampoco tiene culpa de los incidentes provocados por una minoría.

P. ¿Es El Ejido un pueblo violento y racista?

R. No. No debemos olvidar nunca que El Ejido es una comunidad pacífica, compuesta por personas que, como consecuencia de su esfuerzo, han hecho que su pueblo sea uno de los tres de España que tienen una renta per cápita más alta.

P. Pero esa renta se está consiguiendo en ocasiones a base de explotar a miles de magrebíes.

R. No, no, no es cierto. Las generalizaciones son malas.

P. Los magrebíes cobran mucho menos que los españoles.

R. El hecho de que algunos agricultores utilicen mano de obra ilegal, y por lo tanto les paguen menores salarios, no quiere decir que todos los empresarios utilicen los mismos métodos.

P. ¿Qué hay que hacer con los inmigrantes?

R. Si se les necesita económicamente, integrarlos socialmente. Por eso las medidas que planteé en mi visita a Almería, además de la educación de los hijos de los inmigrantes, y de la vivienda, eran la formación profesional y planes de inspección y vigilancia para que se cumpla el convenio agrícola.

P. ¿Cuál es su principal preocupación hoy?

R. Me preocupa que las cosas se normalicen. Me preocupa que haya una huelga indefinida de los inmigrantes. Creo que, sin negar el derecho a la huelga de nadie, hay que volver al trabajo inmediatamente. Al mismo tiempo hay que crear un fondo integrado por administraciones y empresarios para cubrir aquellos daños económicos que hayan podido sufrir los inmigrantes [La Junta y el Ministerio de Trabajo han destinado ya 600 millones del Fondo de Emergencia Social].

P. ¿Qué responsabilidad le atribuye al alcalde Juan Enciso

[PP] en estos sucesos?

R. No ha estado a la altura de las circunstancias. Tratando de buscar el apoyo de un determinado grupo de la población, ha olvidado su responsabilidad más importante: normalizar y garantizar la convivencia entre todas las personas que viven en su pueblo. Es un alcalde, y quizá al decir esto le hago un favor, al que su partido, el PP, no ha tenido la decisión de pararle los pies.

P. En unas pocas horas, la policía detuvo a cuatro magrebíes que dieron una paliza a un joven ejidense. Pero tardó más de dos días en detener a los agresores del subdelgado del Gobierno, Fernando Hermoso, y eso que fue grabado por las cámaras de televisión. ¿Actuó la policía con doble rasero?

R. No lo creo. Hubo inhibición y pasividad de la policía el primer día, porque el alcalde de El Ejido impuso sus criterios a los responsables de las fuerzas de seguridad. Es inconcebible que la agresión al subdelegado, que fue grabada, no hubiera dado lugar a que en una hora todos los que participaron en esa agresión hubieran sido detenidos. Al ver esas imágenes sentí indignación y vergüenza.

P. ¿Cree, como el alcalde de El Ejido, que el tema se ha exagerado en la prensa?

R. Tratar de ocultar la gravedad de los hechos es adoptar la estrategia del avestruz. Los incidentes han sido muy graves. Han dañado la imagen de la comarca y de Andalucía. Han enrarecido las relaciones entre Marruecos y España, pero también es verdad que no se ha sabido diferenciar lo que es la actitud de una minoría de la generalidad de la población.

P. En El Ejido afirman que lo que ha habido allí no ha sido una explosión de racismo.

R. Negar que ha habido rasgos de xenofobia no cuela. Pero esos incidentes son de unos grupos minoritarios.

P. Pero había mucha gente apoyando.

R. El Ejido tiene 50.000 personas. Que mil hayan participado en esos actos no quiere decir que los demás se identifiquen con esa actitud violenta.

P. Pero no ha habido ninguna manifestación de ciudadanos antirracistas en contra de esa imagen violenta.

R. Almería y El Ejido tendrán la ocasión de demostrar que son pueblos que están por la paz, la tolerancia y la integración.

P. El Ministerio de Trabajo autorizó el pasado año la entrada de sólo el 40% de los inmigrantes que solicitaron los agricultores. ¿No abona eso la entrada ilegal?

R. Es una buena pregunta para que la responda el ministro de Trabajo. Los sindicatos plantean la necesidad de conocer exactamente el número de trabajadores que se necesitan con carácter fijo o temporal. Por eso es importante la regularización y el empadronamiento a través de la Ley de Extranjería. Así podríamos controlar las condiciones de trabajo de esos inmigrantes.

P. En lo que va de año se ha detenido, sólo en el campo de Gibraltar, a 867 inmigrantes, una tercera parte de todos los detenidos en 1999. ¿Hay que frenar esa avalancha?

R. Andalucía no puede tener más inmigrantes de los que puede absorber desde el punto de vista económico y social. Si no es así, habrá trabajadores explotados y problemas.

P. ¿Cómo se puede frenar esa avalancha?

R. Con medidas de control, combatiendo las mafias y con medidas estructurales, aunque suene a utopía. Mientras no nos tomemos en serio la cooperación con estos países que permita el desarrollo económico y de los derechos humanos, la gente seguirá con la tentación de venir a Europa.

P. Ayer se clausuró el I Seminario de Cooperación Andalucía-Marruecos. El Gobierno marroquí ha dicho que "no puede permitir" el brote racista de El Ejido. ¿Se han puesto en peligro las relaciones entre los dos vecinos?

R. Poner en peligro, no. Enrarecer el ambiente, sí. La gente de Marruecos asume la agresión contra un grupo de conciudadanos como una agresión contra su pueblo, lo mismo que en El Ejido entienden que el asesinato de Encarna López es una agresión contra ellos.

P. El Ejido ha sustituido en parte en las paginas de la prensa europea al líder nazi autriaco Jörg Haider. ¿No es lamentable?

R. Sí. Pero hay que hacer un esfuerzo para explicar que lo que han hecho 100 o 200 personas no es extensible a todo un pueblo.

P. Estos días se ha visto que la mayoría de los inmigrantes vive en condiciones infrahumanas. ¿Ésa es la Europa del euro?

R. No. No puede ni debe ser. Recuerdo que la primera vez que fui a Lieja, con unos 20 años, en muchos bares se prohibía la entrada a los inmigrantes españoles. Ahora que Andalucía se ha convertido en una tierra de inmigración, quiero que tratemos a los inmigrantes de la misma manera que nos hubiera gustado que nos hubieran tratado a nosotros hace 30 años.

P. ¿Quién ganará votos en las próximas elecciones por estos incidentes?

R. Si alguien ha tomado posiciones o ha tenido determinadas actitudes pensando en los votos, es absolutamente despreciable. Es un tema humano, de convivencia, de democracia. Nadie debe pensar si pierde o gana votos.

P. ¿Cree que su mensaje de ayuda al inmigrante será bien entendido?

R. Cuando hablo de que hay que poner en marcha medidas de integración, vivienda, educación o formación profesional, me temo que pueda haber muchos españoles que no me hayan entendido y que posiblemente consideren que intento primar a los magrebíes en detrimento de los españoles. Eso lo pueden haber podido interpretar algunos.

P. ¿Le hará perder votos?

R. No sé si eso se traducirá o no en votos. Pero lo que tengo claro es que la integración no se debe hacer a costa de nadie, ni de los magrebíes ni de los españoles.

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