La Caixa, obligada a reaccionar

El acuerdo entre Telefónica y el BBVA supone que dos pesos pesados del banco (uno de los presidentes, Francisco González o Emilio Ybarra, y el vicepresidente ejecutivo, Pedro Luis Uriarte) ocuparán las dos vicepresidencias de que dispone en la operadora de telecomunicaciones. Uriarte, vicepresidente ejecutivo y consejero delegado del BBVA, es el hombre elegido para ocupar una de las dos vicepresidencias asignadas al banco. De esta manera, el banco eleva sustancialmente el rango de su representación institucional en la empresa, acorde con su nueva condición de socio estratégico privilegiado. Hasta ahora, era el otro gran accionista de Telefónica, La Caixa, quien había otorgado un mayor relieve institucional a través de su representante en la vicepresidencia, Isidre Fainé, desde hace un año primer ejecutivo de la entidad de ahorro catalana. Ayer, La Caixa reaccionó con comedimiento al anuncio del acuerdo y declinó realizar comentarios sobre el mismo. Tan sólo desveló que "estudiará" la propuesta de participar en algunos puntos de la alianza.Obviamente, La Caixa no se puede plantear un intercambio accionarial con Telefónica, pues no tiene accionistas, y en cualquier caso no parece fácil que la empresa de telecomunicaciones pueda forjar una alianza estratégica como la anunciada ayer a dos bandas con dos competidores del mismo sector.

El último movimiento conocido de La Caixa en relación con Telefónica fue la denuncia de su pacto de sindicación con el BBVA. Este pacto había quedado desbordado por la fusión entre el BBV y Argentaria, que había desequilibrado en favor del nuevo banco el peso de los accionistas de referencia en Telefónica. Ahora, este desequilibrio tiende a incrementarse con el anuncio de que el BBVA incrementará su participación hasta el 10%, el doble de lo que ahoraposee La Caixa, sin contar que, para mantener este porcentaje, deberá realizar nuevos desembolsos por la ampliación de capital de Telefónica.

El socio de referencia de Telefónica que más titubeante se mostró -hace un año el BBV vendió una pequeña parte de su paquete- ha forjado una alianza de largo recorrido que desequilibra el núcleo duro. La Caixa debe ahora redefinir su estrategia.