Aznar acusa al PNV de dar "cobertura" a ETA y le propone un "reencuentro" en el Estatuto

José María Aznar planteó ayer en un acto preelectoral en Bilbao un "reencuentro" político de todos los partidos democráticos del País Vasco basado en tres ejes - el estatuto de autonomía, la reactivación del Pacto de Ajuria Enea y la recuperación del llamado espíritu de Ermua- como única solución no utópica para el fin de la violencia. En el llamamiento incluyó al PNV, a pesar de que en el mismo foro acusó al nacionalismo moderado de cometer el "error mayúsculo" de radicalizarse hasta amparar el "giro soberanista" de ETA y dar "cobertura" a la organización terrorista. Aznar, además, exigió a los nacionalistas que acepten que el futuro de Euskadi puede "legítimamente abrirse paso" a través de los partidos estatales.

El propio Aznar, en la sobremesa del almuerzo que celebró ayer con los candidatos del PP vasco, les recomendó que asistiesen a su conferencia de la tarde, invitado por el foro El Sitio, en el Palacio Euskalduna, porque no les iba a defraudar. Ante más de 500 personas, Aznar desarrolló su tesis de la vigencia de la Constitución, el Estatuto de Autonomía, el Pacto de Ajuria Enea y la pervivencia del llamado espíritu de Ermua, que afloró tras el asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco. Nada nuevo, salvo la insistencia con que reclamó, sobre todo al PNV, el "reencuentro" en esos ámbitos de diálogo.Aznar empezó por ensalzar la situación privilegiada que concedió a los vascos la Constitución al articular y vertebrar Euskadi "por primera vez en la historia". En su opinión, esta verdad "se ha silenciado" y en el País Vasco "se vive una verdadera ofensiva de ruptura y descrédito" de la Carta Magna. Ironizó con que ahora se le volverá a acusar de apropiarse en exclusiva la defensa del marco constitucional, lo que le llevó a criticar los "demasiados brindis al sol" que defienden reformas constitucionales sin explicar cómo ni para qué.

El líder del PP describió la realidad diaria de la violencia en Euskadi para acusar al PNV, a continuación, de buscar "salidas fáciles que tranquilizan sobre todo a los responsables de esa barbarie". Fue cuando cuestionó el comportamiento del PNV por buscar excusas ante la violencia en "las tretas electorales del Gobierno" o en la "tragadera del conflicto histórico", y les reprochó la persecución a los intelectuales críticos.

Aznar constató el "giro soberanista" del PNV y rechazó sus "políticas de apaciguamiento en la lucha contra el terrorismo" aunque estén guiadas por las buenas intenciones. Apostó, en cambio, por la perseverancia en la lucha policial contra ETA y contra los que "les ofrecen apoyo y cobertura".

En su opinión, desde el PNV no sólo no se ha ofrecido ninguna resistencia al objetivo de ETA de acabar con el Estatuto, Ajuria Enea y el espíritu de Ermua, sino al contrario: "Ha sido el nacionalismo, abandonando su centralidad en la vida política e institucional, el que ha hecho suyos los objetivos más radicales, que pasan por desmantelar el Estatuto después de declarar su decepción, desactivar el consenso frente al terrorismo y neutralizar la movilización social".

El presidente hizo por la mañana "la última visita de obra" a la nueva terminal del aeropuerto de Sondika, diseñada por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava y financiada por el Ejecutivo vasco y el central. Nadie del Ejecutivo autónomo acudió a recibir a Aznar por considerar la visita meramente electoralista, ya que la terminal no estará acabada hasta dentro de unos meses.

El PP consideró un desaire esa ausencia institucional y su presidente en Euskadi, Carlos Iturgaiz, arremetió contra el lehendakari, Juan José Ibarretxe, del que dijo que prefiere "estar acompañado de Josu Ternera que de Aznar".