Gandia cambia de imagen
La ciudad inicia las obras de rehabilitación de su fachada marítima tras siete años de espera
Siete años han sido necesarios para que uno de los proyectos urbanísticos más ambiciosos de Gandia en la última década, la rehabilitación de su fachada marítima, vea por fin la luz. El camino no ha sido fácil. Atrás han quedado numerosos obstáculos que a punto estuvieron de poner en peligro el futuro del proyecto.Los problemas se iniciaron en 1993, cuando Santiago Calatrava rompió su compromiso y renunció a diseñar la obra. El Consistorio abrió entonces un concurso de ideas y la propuesta de los arquitectos Juan Francisco Noguera, José Luis Gisbert y Juan de Otegui resultó seleccionada. En 1996 se produce otra vuelta de tuerca. El PP accede al gobierno central, y la renovación de la primera línea de la playa gandiense, que era responsabilidad del Ministerio de Obras Públicas, pasa a depender de la cartera de Medio Ambiente. El Consistorio gandiense tiene que partir otra vez de cero, superar un nuevo proceso burocrático, y asumir varias modificaciones técnicas para conseguir los favores ministeriales. Por si esto era poco, con el retraso de las obras expiraba también el plazo para invertir la subvención de 1.300 millones de pesetas que la Unión Europea había consignado al proyecto, y que estuvo a un punto de perderse. Superados todos los escollos, hace unos días la renovación del paseo marítimo empezó a ser una realidad.
La nueva imagen del principal atractivo turístico de este municipio costero tendrá un coste inicial de 1.860 millones de pesetas, aunque la obra salió a licitación por un presupuesto de 2.600 millones de pesetas. La financiación corre a cargo del Ayuntamiento gandiense, con fondos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), y del Ministerio de Medio Ambiente. La primera línea marítima estrenará milenio con una nueva cara. La circulación rodada se reducirá con la idea de potenciar el transporte público y ampliar la zona peatonal del paseo. De esta forma, se gana espacio para los servicios públicos y de ocio, y se habilita un carril bici. La ubicación de dos aparcamientos subterráneos, con capacidad para 600 plazas, permitirá el acceso de los vehículos particulares a la zona de baño. Se elimina así la posibilidad de estacionar los coches en la superficie, con el fin de reducir la contaminación acústica y mejorar la calidad ambiental del entorno.
El cambio del mobiliario y pavimentación, nuevas zonas ajardinadas, así como la disposición de palmeras serpenteando el arenal, jugarán un papel esencial en la ruptura de la linealidad que caracteriza al paseo a lo largo de sus más de tres kilómetros. Todo ello, con el propósito de ofrecer una nueva imagen "singular y fuerte" del emblema turístico de la ciudad, según reza el proyecto.
Los trabajos, que ejecuta la empresa Aldesa Construcciones, SA, se prolongarán por un periodo de dos años. Ahora bien, se paralizarán en las temporadas de mayor afluencia de visitantes, Semana Santa y los meses de verano, cuando la playa de Gandia llega a acoger a una población de más de 60.000 habitantes.
El concejal de urbanismo, Jeroni Banyuls, asegura que el Ayuntamiento facilitará todas las medidas necesarias para que la remodelación de la fachada marítima no perjudique a la campaña turística, además de informar a los agentes implicados sobre el proceso de las obras. El proyecto cuenta con el beneplácito del sector hostelero y empresarial de la playa gandiense. Jorge Martí, presidente de la Asociación de Empresarios y Hosteleros de la Safor (Asemhsa) se muestra "optimista" ante la imagen modernizada que presentará la playa en el año 2002. Las obras ya han empezado a alterar el paisaje de la costa gandiense, y la circulación ha sido restringida en la primera línea marítima. Numerosos curiosos aprovechan el clima primaveral de estos días para visitar los trabajos, que se han iniciado con la excavación y construcción del aparcamiento que se ubicará junto al club náutico.
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