Haider quiere investigar a los "traidores" de Austria que han alentado protestas extranjeras

El populista de derechas Jörg Haider no descartó ayer el inicio de una investigación parlamentaria para verificar si algunos responsables políticos, entre los que incluye al propio presidente del país, Thomas Klestil, y al canciller saliente, Viktor Klima, cometieron un acto de "alta traición" al movilizar a los países extranjeros contra Austria. "No quiero excluir" una investigación parlamentaria en caso de que aumenten las sospechas de que algunos dirigentes políticos han "movilizado a la opinión pública internacional contra nosotros y contra el cambio en Austria", declaró Haider en una intervención televisiva.

En la entrevista de la ORF, Haider no excluye la convocatoria de una comisión de investigación parlamentaria "si se refuerzan las sospechas de que, de forma consciente desde Austria, por parte de gente como el canciller federal saliente, se hizo el intento de movilizar a la opinión internacional contra nosotros y contra el cambio en Austria. Esto exige una investigación a fondo". Según Haider, la decisión le corresponde al grupo parlamentario, al que él no pertenece, porque ha insistido en que seguirá la política desde Carintia. Piensa Haider que se han logrado buenas experiencias con comisiones Parlamentarias de investigación y "existe la posibilidad de citar al presidente Klestil como testigo y también a personalidades del extranjero. Me imagino que la mayoría del parlamento tiene que decidirlo, porque creo que también a aquellos que se encuentran bajo sospecha les interesa demostrar de forma creíble que ellos no tienen nada que ver con esto y que no han cometido una especie de alta traición política contra Austria".Niega Haider que él y su partido hayan provocado una desestabilización en el país con la entrada en el Gobierno del FPÖ. Todo lo contrario: "Nosotros con nuestro movimiento liberal hemos llevado a Austria a una situación de normalidad política. Es algo insólito para una democracia que en 30 años no se haya producido ningún cambio, 30 años en los que un partido socialista llevaba las riendas del poder y que ahora se presente como un delito especial el que se produzca un cambio. Los liberales contribuimos en realidad a la normalidad del país".

Haider, jefe de Gobierno de Carintia y caudillo del Partido Liberal (FPÖ) acusó también en dicha entrevista al canciller socialdemócrata saliente, Viktor Klima (SPÖ), de haberle ofrecido incluir entre dos y cuatro ministros, designados por su partido el FPÖ, en un Gobierno minoritario del SPÖ. El ex canciller Klima y el presidente federal, Thomas Klestil, han negado su participación en la supuesta conjura, de la que han informado medios de comunicación de varios países. En una entrevista ayer al mediodía con la televisión pública de Austria, ORF, Haider, jefe de Gobierno de Carintia y caudillo del Partido Liberal (FPÖ), ha sacado a relucir su versión de los entresijos del cambio de Gobierno ocurrido en Austria y deja en entredicho el papel representado por el canciller saliente Klima (SPÖ) y el presidente Klestil por sus intentos para impedir que la socialdemocracia (SPÖ) perdiese el poder. Según Haider, en una de sus últimas entrevistas con Klima, éste le ofreció, "de una forma que no deja lugar a malentendidos", que el FPÖ apoyase a un Gobierno minoritario del SPÖ un año entero sin presentar una moción de censura y aprobar el presupuesto provisional. A cambio de ese apoyo, Klima le ofreció colocar en el Gobierno de dos a cuatro expertos escogidos por el FPÖ.

Dentro de las denuncias extranjeras contra el nuevo Gobierno austriaco, el Gobierno israelí denunció ayer oficialmente la entrada de "elementos neonazis" en el Gobierno austriaco. "Israel considera que es su deber poner sobreaviso contra el grave fenómeno que supone ver entrar a elementos neonazis en un Gobierno europeo", informó a través de un comunicado el Consejo de Ministros reunido en Jerusalén. En Malmö, asaltantes no identificados atacaron el consulado de Austria en esa ciudad sueca, al que prendieron fuego, rompieron ventanas y dejaron pintadas contra el nuevo Gobierno austriaco.

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