De niño
Cuando era niño pensaba que las aceras de la Gran Vía eran amplísimas. Ahora, después de viajar por otras grandes ciudades, me doy cuenta de que no lo son tanto y que deberían crecer para darle empaque a una calle tan bella.Bueno, pues por lo visto hay un señor en el Ayuntamiento que no ha debido de viajar mucho y dice que son muy anchas. Dése una vuelta por Viena, París, Londres... y verá que una gran acera puede modificar radicalmente una calle.
Y seguro que las cafeterías apoyan la idea, pues las terrazas serían un magnífico negocio. Parece que les da miedo hacer algo a favor de los peatones. Por favor, ensanche de aceras, sí.-
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