"Los informes de las diócesis son documentos riquísimos"
Ha invertido más de 20 años de trabajo en los dos volúmenes que recogen la historia de la ciudad de Almería, tomando como eje el poder eclesial. A través de La Iglesia en Almería y sus obispos, Juan López Martín (Roquetas de Mar, Almería, 1929), archivero de la catedral, narra la evolución de la ciudad desde sus orígenes hasta nuestros días. Contar la época romano-cristiana, pasando por la etapa bizantina y visigótica, la mozárabe y musulmana hasta llegar al Antiguo Régimen, el período franquista y el final del siglo XX aglutina 1.500 páginas a tamaño folio, con más de 10.000 notas científicas, 3.000 personas o más de 1.000 ciudades. López Martín, sacerdote y teólogo, es miembro de la Real Academia de la Historia desde junio de 1999.Pregunta. ¿Cree que sus volúmenes llenarán un hueco en el ámbito científico almeriense?
Respuesta. Lo pueden leer personas sencillas pero desde luego contiene un importante aparato crítico. Está pensado para investigadores y es el primer libro de la historia de la diócesis en el que las fuentes principales son del archivo secreto del Vaticano, nunca usado para Almería.
P. ¿Pero en qué sentido el trabajo se hace indispensable?
R. En el sentido de que quienes quieran hacer estudios sociológicos de Almería tendrán que recurrir al libro porque uso como fuentes las visitas Ad Limina, informes que los obispos hacían cada cinco años al Papa. En ellos se recoge el censo de población, la extensión de la ciudad, sus problemas, etcétera. También cuando se nombraba a un obispo se hacía previamente un expediente de información sobre la persona y la diócesis. Estos informes son documentos riquísimos de estudio sociológico.
P. Trasciende la mera visión eclesial...
R. Yo diría que la directriz fundamental es eclesial, pero no hago apologética. Cuento lo positivo y lo negativo de la Iglesia. Luego habrá gente que coja de aquí todo lo malo y ponga a la Iglesia perdida.
P. ¿Qué obispo ha sido el más determinante para Almería?
R. Sin duda José María Orberá. Su etapa marca la extensión de la ciudad, cuando se derriban las murallas. Además promovió centros de estudios, edificó la Compañía de María, trae a las monjas filipenses para las chicas abandonadas, crea el seminario de San Juan y las escuelas dominicales. Eso marca la vida de la ciudad.
P. ¿Qué labor tiene usted encomendada ahora en la Real Academia de la Historia?
R. Tengo dos peticiones del director: la colaboración para conjuntar archiveros e historiadores de un gran diccionario biográfico de personalidades de España y un informe sobre los estudios de historia en las enseñanzas medias de la región.
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