38 personas permanecen hospitalizadas con traumatismos de gravedad
La crónica hospitalaria de ayer en Sevilla tiene su cara dramática pero también "su anverso" de éxito. Más de un responsable de los hospitales de Valme, Macarena, Virgen del Rocío y Militar se congratulaba a última hora de ayer de cómo habían resuelto la situación de emergencia creada a partir del derrumbamiento ocurrido en Muebles Peralta, en Dos Hermanas, en el que resultaron heridos 185 personas, de las que 38 se encuentran en estado grave. "Al margen del dolor que supone siempre asistir a un suceso como éste", comenta Juan Rodríguez Medina coordinador del Servicio de Urgencias de este hospital de Valme, "estamos satisfechos de cómo hemos coordinado y abordado la emergencia. Creo que la situación ha estado controlada en todo momento y la hemos resuelto con prontitud. Hoy hemos comprobado para que sirven los simulacros de emergencias que hacemos cada año en este hospital", concluye.
Los heridos, a medida que eran rescatados, proceso que concluyó dos horas después del derrumbe, fueron distribuidos por los servicios de urgencia de todos los centros sanitarios.. En el hospital de Valme ingresaron 84 personas, 62 en el Virgen del Rocío, 14 en el Macarena y 21 en el hospital militar, Vigil de Quiñones. Otros cuatro pacientes fueron atendidos en las clínicas privadas Sagrado Corazón y Santa Isabel. A última hora de la tarde más del 50% habían sido dados de alta.
Entre los casos graves cabe destacar 16 pacientes con fractura de vértebras y 6 traumatismos craneoencefálicos. Asimismo hay que citar a una paciente ingresada en el hospital de Valme que ha sido intervenida de urgencia para estirparle el bazo y el riñón izquierdo; dos personas más permanece en la UCI de este hospital. Y una persona embarazada ha sido atendida de una fractura de pelvis. Entre los heridos también se encuentran siete niños menores de 14 años.
En general, la mayoría de las personas asistidas en urgencias presentaban cuadros de policontusiones (81 afectados), diversas fracturas en los miembros inferiores (25), o en los superiores (9), múltiples golpes en el pecho y roturas de costillas. También era común el cuadro clínico que presentaron diversos pacientes con innumerables magulladuras y polifracturas.
Por lo general, las personas que se han visto implicadas en este suceso eran mayores. Muchas superan los 50 años. Por sexos, 130 son mujeres y 55 hombres. Asimismo la mayoría de ellas viven en los barrios de Ssevilla próximos a la zona y en los pueblos colindantes de Dos Hermanas.
Dispositivo sanitario
El amplio dispositivo sanitario empleado por los distintos servicios de emergencias contribuyó decisivamente, aseguran desde el SAS, a paliar, en parte, el drama vivido por las familias afectadas.
Minutos después de las 10 de la mañana, momento en el que ocurrió el derrumbamiento, llegaron al lugar del suceso 10 facultativos, 10 enfermeros y 50 personas más entre conductores y sanitarios de apoyo. También se desplazaron 5 UVIs móviles del 061 y una del SAMU, 15 ambulancias del SAS y 15 más pertenecientes a empresas concertadas.
El viceconsejero de Salud, Ignacio Moreno, en una improvisada rueda de prensa en la sala de urgencias del hospital de Valme, se mostró satisfecho de cómo habían reaccionado todos los organismos implicados. Moreno señaló que la evacuación de los 165 heridos "había sido muy rápida y sin que en ningún momento se hubiese observado atasco en los accesos a los servicios sanitarios". Los afectados consultados corroboran esta impresión. José Manuel Calero, con varias heridas superficiales en la cabeza y múltiples contusiones. "Me duele todo el cuerpo", explicó y aseguró que no tiene ninguna queja de los médicos. Y su mujer, Carmen Martín, que porta un collarín, asiente a las palabras de su marido. Carmen recuerda el momento del hundimiento: "El suelo tembló, subió como una nube de aire, salió mucho polvo, tablas volando... y todos rodamos para abajo". Este matrimonio, padres de dos hijos, que vive en Dos Hermanas, había acudido con otras cinco personas, entre ellas un hermano y una sobrina de corta edad.
Otro de los afectados, Aureliano García León, 58 años, dueño de una tintorería en Sevilla, padre de 3 hijos, vaga por los pasillos del área de urgencias del hospital de Valme, mientras espera el diagnóstico de su mujer que "tiene dolores muy fuertes en la espalda". "En realidad mi mujer y yo habíamos pensado ir a ver unos muebles rústicos... Pero, ya que había esa oferta..., decidimos ir hoy". Aureliano tiene la nariz cubierta de rasguños y moratones. "Nosotros nos limitamos a seguir al empleado junto al resto de la gente". Entonces el suelo se hundió y Aureliano dice que "aquello fue dantesco". "Había un montón de cuerpos, unos encima de otros, con huesos partidos asomando por los desgarros de los pantalones". "Menos mal que la evacuación fue muy rápida", añade. Como todos los afectados consultados, él piensa informarse por si puede iniciar algún tipo de acción judicial contra la empresa de muebles, "por no tener previsto que el suelo podría derrumbarse con el peso de tantas personas juntas encima".
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