Torero
Sentí la emoción, dulce en los ojos y caliente en el corazón, cuando Benito Zambrano -al que no conozco y sólo un día en el AVE, fugazmente, le puse la mano en el brazo y le di las gracias por su película- salió saludando como un torero, a la modernidad que lo contemplaba y lo aplaudía.Solas, la película de Benito, es un prodigio de verdad, ahora que hay tan pocas cosas verdaderas. María, Carlos, Ana, ¿qué decir de ellos?, que se nos metieron en el corazón de tal manera, que al verlos allí arriba con sus premios, hubiéramos querido poder abrazarlos y decirles que nos han dejado, para siempre, que recordemos el perfume del alma de la película de Zambrano, una dulce sensación de eternidad, porque lo suyo en ese momento de gracia en el que se unieron el talento y la verdad para hacer una película es, a fuerza de perfecto, eterno.
Veía la gala, sosa y "minimalistamente pretenciosa", si se me permite la expresión, y me regodeaba en la alegría de asistir al desfile de andaluces. Aquí están pasando cosas y ya no nos sirven los discursos pesimistas y victimistas que no conducen más que a la melancolía.
Parecía que hubiera estado preparado, pero lo cierto es que la casualidad quiso que al día siguiente de todo eso, Felipe González hablara de la necesidad de cambiar la mentalidad para poner en marcha una cultura emprendedora. Viene González animando a los andaluces a "comerse el mundo". Chaves y González quieren hacer de su campaña electoral el momento del comienzo de un tiempo estimulante bajo el lema "Andalucía emprende". Algunos ya han empezado, como esos andaluces que fueron protagonistas de la noche barcelonesa de los Goyas, y esperan el compromiso político con el nacimiento de una industria cinematográfica que es sólo, hasta el momento, el empeño de unos cuantos locos. Imposible olvidar aquí a Antonio Pérez, el productor de Solas, en su personal aventura, valientemente emprendedora. Gracias a su apuesta se hizo la película que ha llevado a Benito Zambrano de premio en premio hasta la victoria final: Goya en mano, saludando torero, a la modernidad que lo contemplaba y lo aplaudía. Gracias.
Mª ESPERANZA SÁNCHEZ
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