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LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

La batalla de Nueva York.

"Rudolph Giuliani es un racista. No le gustan los hispanos". Miguel Ángel Soto tiene las ideas muy claras sobre el alcalde republicano de Nueva York. Una opinión que comparten muchos de los 2,3 millones de latinos de esta ciudad, el 26,6% de su población. En menos de 10 años se han convertido en un preciado botín electoral . Un voto que Hillary Clinton, candidata a senadora por el Estado de Nueva York, tiene todas las posibilidades de ganar en los comicios de noviembre próximo. "Giuliani sólo piensa en los blancos y trata a los latinos como basura; yo prefiero a Hillary, ella viene de una familia modesta y nos entiende mejor", dice Soto, conserje en un edificio de apartamentos del centro de Manhattan."El alcalde es un arrogante", añade su colega Richard Sánchez. "Hillary ha demostrado que es toda una mujer y que tiene agallas". Los dos son de origen puertorriqueño, como la gran mayoría de los latinos de Nueva York, pero nacidos y criados en la ciudad.

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La contienda apenas ha empezado y el voto hispano parece haberse decantado ya a favor del candidato demócrata. El informe anual de la Hispanic Federation, una de las organizaciones mejor implantadas en la comunidad latina de Nueva York, asegura que Hillary Clinton, que nunca ha vivido en el Estado por el que se presenta, cuenta con el 78% del voto hispano, por delante del que será, sin duda, su rival, el hijo de inmigrantes italianos y alcalde republicano desde 1993, Rudolph Giuliani.

Pero no todo está decidido. "El votante latino de Nueva York ha cambiado mucho en los últimos 10 años", dice Lorraine Cortés Vazquez, directora de la Hispanic Federation. "Antes era un bloque compacto que iba a un sólo partido, el demócrata. Ahora el votante es mucho más sofisticado, decide según los programas de los candidatos, lo que explica que muchos hispanos votaran a Giuliani". El 60% de los hispanos de la ciudad se ha registrado ya para votar. Un auténtico récord.

"Tenemos que votar porque la vida ha cambiado mucho en estos últimos 10 años en Nueva York, se ha vuelto demasiado cara, pronto ya no podremos vivir aquí. Debemos hacerlo por nuestros hijos, y si queremos que algo cambie, debemos participar", dice Miguel Angel Soto. Tiene seis niños en los que pensar y 33.000 dólares al año (unas 440.000 pesetas al mes) para mantenerlos, un salario que apenas le alcanza para vivir en familia en su casa de Brooklyn.

De lo que más se quejan los hispanos de la Gran Manzana es de la violencia policial, que por primera vez desbanca al crimen como problema número uno en la comunidad. Según las cifras de la Hispanic Federation, el 40% piensa que tiene muchas posibilidades de verse acosado por un agente sin motivo aparente. "Giuliani ha quitado la droga de las calles, pero las reglas que ha impuesto, en principio para mejorar la calidad de vida, son demasiado rígidas", se queja Richard Sánchez.

A sus 36 años, acaba de tener su cuarto hijo y ha conseguido comprarse una casa en Queens, uno de los cinco municipios de Nueva York. "El futuro presidente tendrá que ser una persona muy moral, porque debe elegir a los jueces del Tribunal Supremo. En principio no me gusta mucho George Bush, pero votar Al Gore es como apostar por un segundón".

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