El PP y los socialistas quieren paralizar las elecciones internas en Caja Vital

Las elecciones internas de la Caja Vital no avanzan un solo paso sin polémica. Primero, el PP y el PSE pactaron la exclusión de los nacionalistas en la representación que corresponde al Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación. Ahora, los dos primeros lanzan la sospecha de que la Caja -dominada por el PNV- ha jugado sucio en la elección de los 410 impositores que nombran a sus 41 representantes en la asamblea. Los nacionalistas dicen que sólo han buscado la "confidencialidad" de los clientes.

El pasados jueves se produjo la elección, de forma aleatoria y ante notario, de los 410 impositores de donde saldrán los 41 que se convertirán en miembros de la asamblea, formada por 100 personas y órgano de máxima responsabilidad en la entidad que preside Juan María Urdangarín. Los clientes son, por tanto, el colectivo con mayor peso específico. El resto pertenece a representantes de los municipios de la provincia con sucursales de la caja (32), un total de 22 delegados de las entidades fundadoras (Ayuntamiento de Vitoria y Diputación, a partes iguales) y cinco delegados de los trabajadores de la entidad. De ahí la disputa entre los partidos por tener controlado el proceso en cuanto los impositores se refiere.El PP y los socialistas salieron descontentos del procedimiento que se siguió el jueves. Entienden que el PNV pone piedras en el camino para que las dos formaciones no puedan proponer ciertos candidatos a los impositores.

La impugnación se centra en dos cuestiones concretas. Por una parte, populares y socialistas se quejan de que el nombre de los 410 elegidos no se pueda conocer hasta dentro de una semana, una vez que les llegue a éstos la noticia y puedan decidir si quieren participar en las elecciones o no. Miguel Ángel Redondo, presidente de la comisión electoral de la entidad, a la vez que portavoz del PNV en las Juntas Generales, respondió ayer que la identidad de los elegidos no la conocen ni siquiera los miembros de la comisión electoral, órgano encargado de supervisar todo el proceso. En él, sólo está presente el PNV, aunque el próximo 11 de febrero entrarán dos nuevos consejeros fruto del pacto entre el PP y el PSE.

Redondo recordó que la lista provisional de compromisarios -hasta que éstos confirmen si entran en el proceso electoral o no- sí se facilita identificando a cada uno con un número, pero que no se hará pública hasta la semana próxima "por confidencialidad".

La otra queja de populares y socialistas se refiere a una carta que enviará la Caja Vital a los 410 elegidos en la que se les pregunta si están de acuerdo o no con que su dirección y datos personales se faciliten a los otros colectivos que componen la asamblea de la entidad (partidos, sindicatos, etcétera). "Si queremos hacer una campaña con esos clientes para que voten a los impositores que nosotros presentamos como candidatos, tenemos que poder llegar a ellos. Pero el PNV intenta que lleguemos de la peor forma o lo más tarde posible", criticó el socialista Juan Carlos Prieto, que con esto da a entender que los nacionalistas sí dispondrán de los datos antes que el resto de formaciones.

Los nacionalistas ofrecen una respuesta similar a la anterior: la confidencialidad. "Son derechos individuales que no se pueden echar por tierra. Nadie va a tener esos datos", comentó Redondo.

El PP y el PSE aseguran que sus reclamaciones están justificadas en el reglamento interno de la Caja Vital, y añaden que se está incumpliendo. "El reglamento se cumple perfectamente", contestan los nacionalistas. La comisión electoral deberá estudiar las impugnaciones en el plazo de tres días y en su reunión de la semana próxima dará una contestación. En principio, cabe esperar que sea negativa.