Misiva al aire

No es, tal vez, el momento más adecuado para lanzar una misiva al aire sin el riesgo de caer en el insulto, ya que la circunstancia que lo motiva, o que llena el vaso de la indignación, no deja de ser negativa. Acabo de llegar a casa, las ocho y media de la tarde, y encuentro en el buzón un aviso del banco: "Retención por diligencia de embargo". Se trata de una supuesta infracción de tráfico, supuestamente cometida hace unos dos años, por la que el Ayuntamiento de Madrid (que nunca envió ninguna prueba del hecho a pesar de las sucesivas reclamaciones) "sustraerá" de mi cuenta algo más de 58.000 pesetas. Es un claro ejemplo de indefensión, aunque también debo pensar que probablemente sea poco comparado con lo que los individuos que han ocupado nuestras instituciones democráticas sustraen día a día al Estado para repartirlo entre sus amiguetes y secuaces. Sí, ya sé que les votamos (yo no, desde luego -todavía mantengo la mente más o menos firme ante las agresiones-), pero el voto no fue para ver cómo se instalan en el poder para ejercerlo con el estilo más zafio, burdo y ramplón de nuestra historia más reciente. No digo más, pues se me ocurren, ya avisé al principio, palabras muy fuertes. Pero sí quiero invitar a la reflexión para que, con el mismo "permiso" que entraron, se vuelvan a marchar. España irá mejor...-