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El PP consuma el "regalo" urbanístico de 2.000 millones al Atlético de Madrid

Antonio Jiménez Barca

Los grupos de la oposición municipal (IU y PSOE) pelearon ayer en el pleno para que el PP no aprobara definitivamente el "regalo urbanístico" que permitirá al Atlético de Madrid embolsarse 2.000 millones gracias a la recalificación de una parcela. La izquierda reclamó "calma" ante la especial situación financiera del club, intervenido judicialmente. De nada sirvió. El PP se escudó en que la operación era legal y consumó el "regalo": el Atlético de Madrid ganará 2.000 millones con la operación. El pleno, además, trató de atascos, farolas y estrellas.

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El debate urbanístico en torno a las parcelas con las que el Atlético de Madrid podrá hacer negocio lo abrió Justo Calcerrada, de IU, seguidor del Barcelona, en clave deportiva: "El Ayuntamiento da un regalo al club de 2.000 millones sin saber para qué. ¿Para entrenadores? ¿Para nuevos jugadores? ¿Para pagar las deudas de Gil y Gil? Antes de aprobar el convenio deberíamos, cuando menos, estar seguros de que los beneficios van a ir a parar al club, y no a la familia de Gil". El Atlético de Madrid atraviesa una situación complicada: ha sido intervenido judicialmente, y su presidente, Jesús Gil, apeado del cargo por orden del juez García-Castellón. Al frente de la institución se encuentra en estos momentos el administrador Luis Miguel Rubí. Precisamente a Rubí se refirió la concejal socialista Matilde Fernández a la hora de criticar el convenio: "Cuando nos entrevistamos con él, nos dio la impresión de que le venía muy bien el dinero para tapar agujeros, y no se trata de eso". El concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, replicó que el Ayuntamiento "no es quién para discutir a la autoridad judicial quién es el propietario del club; los beneficios de la operación van para el club, independientemente de quién sea su propietario". Calcerrada replicó: "A ustedes, lo que les mueve en este convenio son intereses políticos". El alcalde, José María Álvarez del Manzano, del PP, terció en la polémica: "No nos anima en este tema nada más que servir a la ciudad, y termine pronto, que se hace tarde". Pese a los votos en contra del PSOE e IU, se aprobó el punto que permitirá al Atlético de Madrid construir en la parcela cerca de 300 viviendas. El pleno, además, trató otros asuntos. - Farolas y estrellas. La concejal socialista Marta Rodríguez-Tarduchy pidió que las farolas de globo que alumbran la ciudad, unas 50.000, sean sustituidas por otras con corona opaca para ahorrar energía y, de paso, permitir que se vea el firmamento estrellado de la ciudad. En los pasillos apoyaban esta propuesta un representante de la asociación ecologista Greenpeace y otro de un grupo de astrónomos aficionados, que criticaron "la contaminación lumínica que sufre la capital". Elena Utrilla, concejal de Obras, del PP, respondió, con cierto tono profético: "El mundo de la luz es muy complicado". Y añadió que estas farolas "se irán sustituyendo poco a poco, porque es algo caro. Cambiar 50.000 farolas cuesta más de 1.000 millones". Utrilla concluyó que antes de 10 años las farolas de globo serán historia y "se verán las estrellas".

- Día sin coches. El concejal socialista Eugenio Morales pidió que Madrid se adhiera a una propuesta de la Unión Europea de celebrar una jornada sin coches en septiembre. Morales desconfiaba, pero el concejal de Circulación, Fernando Martínez-Vidal, del PP, respondió: "Le vamos a dar una alegría, hombre: iremos a Bruselas a ver la propuesta, y si nos interesa, la seguiremos". Hace meses, el Ayuntamiento se sumó a una iniciativa similar. Tuvo muy escasa repercusión. "Porque no quisimos prohibir ni cerrar calles, como hizo Barcelona. Cortando calles es muy fácil", dijo el concejal de Tráfico. Durante el pleno, el alcalde urgió a los concejales a que se dieran prisa a fin de no prolongar la sesión más de lo soportable (duran más de seis horas). Martínez-Vidal, obediente, provocó la carcajada general de todos los concejales (de su partido y de la oposición) al decir: "Voy a ser fluido y rápido como el tráfico en Madrid, je, je".

- Gran Vía. El PSOE también pidió "una plataforma" reservada para autobuses y taxis en la Gran Vía. Martínez-Vidal se limitó a decir que lo que se hará en la Gran Vía es una reforma que aún no se ha perfilado, pero que en ningún caso "restará carriles al tráfico". Y rechazó la idea del PSOE.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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