El fiscal general de Israel abre una investigación contra el partido de Barak
El fiscal general de Israel ordenó ayer una investigación criminal contra cinco formaciones políticas, incluida la coalición en el Gobierno (Un Israel) por las supuestas irregularidades financieras en la campaña del pasado mayo, que concluyó con el triunfo del líder laborista, Ehud Barak. Un informe estatal identificó a la coalición de Barak como la que más ha violado las leyes de financiación y le impuso una multa de más de 200 millones de pesetas.
La apertura de este procedimiento coincide con otras dos investigaciones: la instruida contra el presidente, Ezer Weizman, por no haber declarado un regalo personal de medio millón de dólares (83 millones de pesetas), y la que se efectúa contra el ex primer ministro del Likud Benjamín Netanyahu y su esposa, Sarah, por apropiarse de regalos oficiales. La investigación policial ordenada por el fiscal general de Israel, Eliakim Rubinstein, está dirigida a la coalición gubernamental Un Israel y a otras cuatro formaciones políticas: el derechista Likud, el Partido de Centro, la formación de inmigrantes rusos Israel Beitenu y los ultraortodoxos Judaísmo y la Biblia. Y se basa en un informe preliminar de la Auditoría del Estado, hecho público ayer, en el que se contemplan irregularidades que afectan también, aunque en menor grado, a otros 14 de los 31 partidos que participaron en los comicios.
El informe asegura que estas formaciones financiaron la campaña con ayudas venidas del exterior y canalizadas a través de organizaciones sin ánimo de lucro, creadas al efecto para eludir los límites impuestos por la ley, que prohíbe las ayudas del extranjero y establece un tope a las donaciones en las elecciones, no superior a los 400 dólares por votante (menos de 70.000 pesetas).
La red de organizaciones no lucrativas creadas por la coalición liderada por los laboristas, algunas administradas por un cuñado del propio Barak, permitieron a la formación ahora en el Gobierno recaudar ilegalmente cerca de 11 millones de chequels (más de 400 millones de pesetas), con los que se pagaron los excesos de una campaña en la que se utilizó todo tipo de medios, incluidos asesores de imagen y publicidad contratados en los vestíbulos de la Casa Blanca.
La Auditoría del Estado ha impuesto multas a todos los implicados. La coalición de Barak deberá pagar una sanción de 5,5 millones de chequels (217 millones de pesetas) y devolver asimismo otros 300 millones de pesetas a la Administración como restitución de fondos indebidamente percibidos.
La dirección del partido laborista ha reaccionado con firmeza tratando sobre todo de poner a salvo a Barak, quien, por su parte, se ha aprestado a echar balones fuera, asegurando que "no conocía la mayoría de las organizaciones con fines no lucrativos mencionados en el informe". "No me ocupé personalmente de la recaudación de fondos" , dijo. "No estaba al tanto de estos detalles".
La oposición Likud, aunque afectada en menor medida por este tipo de irregularidades, se dispone a convertir el asunto en una batalla política con la que se intentará deslegitimar el triunfo electoral de Barak, para lo que se dispone ya a entablar una moción de censura ante el Parlamento, y en caso, seguro, de que ésta no prospere, un procedimiento ante el Tribunal Supremo.
"El liderazgo político no se evade, sino que asume responsabilidades, goza de los frutos y paga el precio de los fracasos", aseguraba ayer el líder del partido Likud, Ariel Sharon, que sufre estos días la afrenta del procedimiento judicial contra Netanyahu.
La investigación sobre las finanzas del partido de Barak coincide con otro importante escándalo político; el que se abate sobre el presidente Ezer Weizman, al que se le acusa de no haber declarado un regalo de medio millón de dólares recibido de un magnate francés amigo y que recibió en su época de diputado, sin que lo declarara a Hacienda.
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