El ex gobernador de Tarragona revela que Vandellòs I no le informó del accidente nuclear

El ex gobernador civil de Tarragona, Ramón Sánchez, explicó ayer en el juicio que se celebra contra los responsables de la central nuclear Vandellòs I, por el accidente ocurrido hace diez años, que la dirección incumplió el protocolo de actuación requerido para casos de incidentes nucleares al no facilitar al Gobierno Civil la información sobre las características del siniestro. Este hecho imposibilitó la aplicación del Plan de Emergencia Nuclear de Tarragona (PENTA) de forma correcta. Las declaraciones del ex gobernador contradicen a las del inculpado director de la central.

Ramón Sánchez relató que la primera comunicación que tuvo su organismo del accidente fue a través de la llamada de un vecino y que en el transcurso de la noche, o bien la información que recibían era sesgada o bien no recibían ninguna por falta de interlocutor al otro lado de la línea telefónica.El ex gobernador civil de Tarragona, cuyo testimonio era uno de los más esperados dada la beligerancia con la que denunció la actuación de los directivos del complejo atómico la noche del accidente, el 19 de octubre de 1989, recordó que el Penta especifica que la primera notificación que se tiene que realizar en caso de incidente desde una nuclear es a Protección Civil. "El Penta depende de la información de la central. Si la información no llega, el director del Penta se ve obligado a trabajar a ciegas", dijo.

Sánchez resaltó la importancia del tiempo en estos incidentes, en los que se puede llegar a tener que confinar a la población y abastecerla de pastillas de ioduro potásico: "Hay que actuar antes de que haya pasado, no hay plan que diga qué hacer con 11.000 personas contaminadas".

Contradicciones

El testimonio de Ramón Sánchez contradijo así al del director del emplazamiento en el momento del accidente e inculpado en el caso, Carlos Fernández Palomero, quien explicó que el único incumplimiento de la dirección con el Gobierno Civil fue el de no enviar un fax con la descripción del accidente y de las características meteorológicas, pero que sí hubo comunicación telefónica.

Sánchez, por el contrario, explicó ayer que la dirección ni tan siquiera le había enumerado los datos a consignar en el fax vía telefónica.

El relato de Sánchez recuerda que en la primera llamada telefónica, realizada a instancias del Gobierno Civil, se le informó de la existencia de un incendio en unos tanques de aceite, que ya se había llamado a los bomberos y que la situación estaba controlada: "Pero yo no veía las cosas tan claras", por lo que decidió situar el Penta en su nivel 0.

A partir de ahí, las comunicaciones con la central fueron todavía más desconcertantes, a lo que se sumaron dos llamadas solicitando más bomberos y bombas de achique con expresiones como "esto está muy mal, esto está muy mal".

El ex gobernador recordó que estas expresiones le determinaron a preparar a la Guardia Civil para el nivel 1 del Penta que supone el control de los accesos y las carreteras, lo que no llegó a ordenar ante el desconocimiento de la situación real y la posibilidad de alarmar a la población. Posteriormente fue cuando desde la central se le comunicó que la situación estaba controlada y la refrigeración del núcleo del reactor asegurada. "Cuando nunca se me había dado a entender que la refrigeración podía peligrar", señaló. Ramón Sánchez especificó que de lo sucedido en la central se enteró a las cuatro de la mañana con detalle, seis horas después del inicio de la emergencia.

El testimonio de Ramón Sánchez, sumado al de los alcaldes entonces de las poblaciones de l'Ametlla de Mar y de Mont-roig del Camp, Pedro Margalef y José María Aragonés, que denunciaron a su vez problemas de comunicación con el propio Gobierno Civil, fue el más relevante de la sesión de ayer del juicio, cuya duración está prevista que se prolongue hasta el próximo martes.