100 millones para reparar San Bernabé, un templo de El Escorial del siglo XVI

La parroquia de San Bernabé, en El Escorial, que data del sigloXVI y cuenta con una feligresía de 8.000 personas, dejará pronto de implicar riesgos para quienes acuden a visitarla o a las liturgias católicas que en ella se celebran. El alcalde de El Escorial, Javier de Miguel Sánchez; la directora general de Patrimonio, María Victoria Marín Pérez, y el obispo auxiliar de Madrid César Franco anunciaron ayer el acuerdo de acometer las obras de remodelación del templo. El presupuesto fijado sobrepasa los 100 millones de pesetas. La actuación incluirá el arreglo del tejado -muy deteriorado-, la limpieza de las fachadas exteriores e interiores, así como el ajardinamiento de los aledaños de la iglesia.Ignacio González, portavoz municipal, explicó ayer que se hará una remodelación integral de este templo, el estado de cuya techumbre, a base de madera y pizarra, había sido calificado de preocupante por el párroco de San Bernabé, Florentino García. "Hace ya cuatro años, cuando yo fui aquí destinado, por los huecos de la techumbre era posible adentrar la cabeza", según contó el párroco a EL PAÍS. "Las humedades, la acción de las palomas y la antigüedad de la iglesia habían hecho muy necesaria esta remodelación", subrayó el sacerdote. "Tuve que acotar una zona de la parte posterior de la iglesia por los riesgos que implicaba", destacó.

El templo fue edificado bajo la dirección del arquitecto Francisco de Mora, autor, entre otras, de la fachada del templo del monasterio de la Encarnación, en Madrid. Fue discípulo de Juan de Herrera. Esta iglesia, culminada en 1595, sustituyó a la ermita de Nuestra Señora de las Lámparas, un pequeño recinto religioso que se hallaba inicialmente dentro del área del monasterio jerónimo. "Por disposición del rey Felipe II, y a petición de los lugareños, fue edificada la iglesia de San Bernabé, donde se realiza el culto a Nuestra Señora de la Herrería", según explica el párroco. En su recinto, situado en El Escorial, fueron enterrados numerosos operarios que construyeron el monasterio de San Lorenzo.