La CDU mantiene el Parlamento de Hesse pese a las cuentas ilegales

El político democristiano Roland Koch, de 41 años, cuya gestión como jefe de Gobierno del Estado federado de Hesse se ha visto lastrada por el asunto de las cuentas clandestinas de la Unión Cristiana Democrática (CDU), salió reforzado ayer al evitar que el Parlamento regional se disolviera, tal como pedía la oposición socialdemócrata y verde. La disolución del Parlamento hubiera obligado a convocar nuevas elecciones.La CDU y los liberales del FDP (56 diputados), que forman la mayoría parlamentaria local, votaron en bloque contra la minoría del SPD y los Verdes (54 diputados). La oposición cuestionaba la validez del Parlamento por considerar que la CDU se había beneficiado de transferencias ilegales para su victoria electoral en febrero de 1999. A consecuencia de aquellos comicios, el SPD y los Verdes perdieron el Gobierno en el land de Hesse y también la mayoría en el Bundesrat (la Cámara de las regiones).

El escándalo de Hesse discurre en paralelo con el escándalo de la CDU a escala federal y ha obligado a dimitir como diputado del Bundestag a Manfred Kanther, ex ministro del Interior de Helmut Kohl. Kanther, que dirigió a la CDU en Hesse, asumió la responsabilidad por la transferencia de ocho millones de marcos (unos 680 millones de pesetas) de las cuentas de la CDU a Suiza en 1983. Esta suma, a la que se le habían ido acumulando intereses, había sido parcialmente transferida a Alemania mediante mecanismos de camuflaje, como falsas donaciones de falsos donantes judíos y falsos préstamos. Las cuentas de la CDU de Hesse en el extranjero, que desde 1993 se administraban desde una fundación en Liechtenstein, tenían un saldo de 17 millones de marcos al ser expuestas a la luz pública. Desde las cuentas clandestinas habían fluido a la organización del partido un total de 14,5 millones de marcos entre 1989 y 1999.

Tras conocerse el resultado de la votación, Koch dijo mantener su compromiso a aclarar el asunto de las cuentas clandestinas. El político ha calificado de "catástrofe" los escándalos y no ha querido dar plazos para la aclaración del asunto, que obliga a buscar en los archivos de los años setenta.