Almunia advierte a Frutos de que no habrá acuerdo si se desperdician votos de izquierdas
ENVIADO ESPECIALEl candidato socialista a La Moncloa, Joaquín Almunia, dejó ayer claro que la propuesta que ha dirigido a Izquierda Unida, para "que no se desperdicie" ni un solo voto de izquierdas en las elecciones, es una oferta de conjunto que no puede ser troceada; lo que significa que no es reconvertible en una coalición electoral u otra modalidad de listas conjuntas. El líder del PSOE, que se reunió en Londres con el primer ministro británico, Tony Blair, rehusó responder a las opiniones avanzadas desde IU hasta que dicha fuerza política le dé una respuesta formal.
El secretario general del PSOE se esforzó ayer por demostrar que su ofrecimiento a Izquierda Unida va en serio -"no es una oferta táctica", aseguró- y también por intentar disipar las dudas acerca de la posibilidad de que su partido derive hacia el radicalismo o hacia posiciones que han identificado hasta ahora a la federación de izquierdas.Almunia insistió en que su propuesta de programa conjunto incluye, de forma irrenunciable, el compromiso de no aumentar ni la carga fiscal en general ni el IRPF en particular. Eso va unido a la determinación de cumplir el Pacto de Estabilidad para la implantación del euro y a la permanencia en la estructura militar de la OTAN, entre otros compromisos ya adquiridos por España. Pero, junto a esos mensajes dirigidos al electorado moderado, se esforzó también por conseguir que su mano tendida a Izquierda Unida tenga los visos de un auténtico ofrecimiento y no parezca una mera estratagema electoral.
Pese a sus esfuerzos, el secretario general del PSOE tuvo que afrontar algunas objeciones dialécticas cuando, en una rueda de prensa, se le recordó que el pacto alcanzado en Francia por la izquierda plural -que el PSOE ha presentado como modelo para su oferta a la coalición que dirige Julio Anguita- fue primero negociado entre las fuerzas firmantes y después anunciado. Almunia se limitó a subrayar que él quiere que también en España se alcance ese acuerdo.
En un intento por defender su iniciativa, el candidato socialista a La Moncloa soslayó responder directamente a la pregunta de si la propuesta de que Izquierda Unida no presente candidatura en las 34 provincias donde no ha obtenido nunca representación parlamentaria es una condición irrenunciable para suscribir el posible pacto de gobierno. Sí subrayó, sin embargo, que lo que resulta imprescindible para llevar adelante un Gobierno de progreso es que "no haya un solo voto de izquierdas que se desperdicie". A continuación, recordó que el electorado del centro-derecha no desperdicia ningún sufragio, porque su representación política no está fragmentada y todos los votos se concentran en el Partido Popular.
Cartas boca arriba
Llegado a ese punto, Almunia defendió con firmeza la integridad de su oferta de pacto a IU: "Yo he hecho una oferta seria, sin cartas hacia abajo, con todas las cartas boca arriba, pero es una oferta que es global, que no puede trocearse. No sirve pactar la politica educativa, por ejemplo, si a la vez no acordamos conseguir la máxima utilidad de los votos. La política no es estética, sino un instrumento para mejorar las condiciones de vida de las personas". "Lo que importa", añadió, "no es por qué este acuerdo no se pudo hacer antes, sino cuáles son las condiciones para llegar a un acuerdo con base en la oferta que he dirigido".
El candidato socialista se extendió después en los argumentos que, a su juicio, muestran lo valioso que resultaría el pacto que ha promovido para ganar a la derecha en las urnas el próximo 12 de marzo. Almunia aludió a lo estéril que es, en su opinión, discutir sobre lo que separa al PSOE e Izquierda Unida, porque es de dominio público, y consideró prioritario que la izquierda asuma que tiene delante "una oportunidad" que no puede dejar pasar".
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