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El Kunstforum de Viena expone más de 100 obras inacabadas de Cézanne

La exhibición propone indagar en el proceso creativo del artista

Bajo el título Cézanne: completo/incompleto, el Kunstforum de Viena presenta una gran exposición con 120 obras del pintor impresionista, que estará abierta hasta el 25 de abril. Se esperan unos 300.000 visitantes a la muestra. "Resulta siempre fascinante penetrar en el proceso de creación del artista, y esto es lo que hemos logrado al seleccionar tantas obras inacabadas de Paul Cézanne", dice Evelyn Benesch, comisaria de la muestra.

A diferencia de la última gran retrospectiva de Cézanne, que se pudo ver en 1995 en París, Londres y Filadelfia, los 80 óleos y 30 acuarelas que llegan a Viena procedentes de colecciones públicas y privadas han sido seleccionados desde una perspectiva muy concreta: la búsqueda de lo inacabado como elemento esencial y lenguaje estético de este pionero del arte moderno."Al director del Kunstforum, Klaus Albrecht Schröder, le llamó la atención la enorme cantidad de obras que Cézanne dejaba sin terminar, y nos sorprendió que ninguna muestra hasta ahora se hubiese detenido a observar este aspecto", indica Benesch. No es fácil, según su opinión, constatar hasta qué punto Cézanne (1839-1906) consideraba completa una obra. La exposición presenta varios aspectos de los espacios de lienzo desnudo.

Algunos cuadros, como las apenas esbozadas Bañistas, El jardinero Vallier o el Retrato de madame Cézanne, se presentan en varias versiones de diferente acabado. No se trata de estudios, aseguró Benesch, que sostiene que Cézanne no solía proyectar sus lienzos en bocetos previos. En otras imágenes, del espacio de lienzo en blanco emana luz, como en Paisaje de invierno, Los grandes árboles o Médan, castillo y aldea. Una obra clave desde este punto de vista es el Retrato de M. Ambroise Vollard, pintado en 1899, ahora propiedad del Museo de Bellas Artes de París. Aquí, Cézanne sólo dejó dos huecos de la mano del personaje sin pintar. Se trata de una de las pocas obras que hizo por encargo. Las crónicas cuentan que el artista interrumpió aquel arduo trabajo después de meses de sesiones para viajar al sur de Francia y nunca llegó a rellenar aquellos minúsculos vacíos de pintura por temor a malograr la armonía de color. En ese inacabado se percibe un acabado magistral.

La mayor parte de los cuadros expuestos data de los últimos 20 años de la vida de Cézanne. El más antiguo es Paul Alexis lee Emile Zola (1869/70), procedente de São Paulo. Los más tardíos son los retratos del jardinero Vallier (1906), de la Tate Gallery de Londres y la colección Bührle de Zúrich. Algunos de los lienzos no se ven en público desde hace decenios, como Camino en ascenso (1881), de la National Gallery de Melbourne; Paisaje de colinas en Médan (1885), de una colección privda de Houston, o Árboles-Le tholonet (1900-04), también de una colección de Houston.

Lo que ha provocado polémica es el estilo espectacular de esta exposición, que viene acompañada de un estruendoso despliegue publicitario. Ya con meses de antelación se lograron vender en Austria y en el extranjero unas 38.000 entradas, algunas con fechas reservadas. Pero también se han organizado actividades paralelas, como el Menú Cézanne, que han diseñado dos famosos cocineros de hoteles de cinco estrellas de Viena, en cooperación con el museo, que incluye conejo a la trufa y otros manjares.

Además, se ha organizado un concurso de acertijos Cézanne, premiado con un viaje a Aix-en-Provence o un fin de semana en París. Para los noctámbulos, el 23 y el 25 de abril, la muestra permanecerá abierta durante 24 horas, en lo que serán las Largas noches de Cézanne.

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