El Gobierno de Navarra rompe toda relación oficial con Euskadi

El Gobierno de Navarra, controlado por Unión del Pueblo Navarro (UPN-PP), anunció ayer la ruptura de las escasas relaciones institucionales que mantenía con el Ejecutivo vasco de Juan José Ibarretxe y convocó a todas las formaciones políticas de la Comunidad foral, excepto a EH, a una gran manifestación por la paz y contra ETA en Pamplona, el próximo sábado. La decisión de dar por terminado el único vínculo que ligaba a los Gobiernos vasco y navarro, el ente de cooperación transfronteriza entre Euskadi, Navarra y la región gala de Aquitania, la justificó el presidente navarro, Miguel Sanz, en el hecho de que los partidos integrantes del Ejecutivo de Vitoria (PNV y EA) sostienen reivindicaciones territoriales sobre Navarra que son de nuevo acompañadas del crimen y la violencia para hacerse efectivas, lo que considera totalmente rechazable. La medida tendrá escasa repercusión, habida cuenta de que las relaciones oficiales e institucionales entre ambas comunidades son prácticamente inexistentes, al igual que las relaciones personales entre Sanz e Ibarretxe, que no han mantenido nunca un encuentro oficial en calidad de presidentes de dos comunidades vecinas y con intereses compartidos.Las demás fuerzas políticas de Navarra expresaron, con distinto énfasis, su desacuerdo con la iniciativa de UPN, a quien acusaron de actuar de forma sectaria y con la vista puesta en sus intereses electorales. Los socialistas, que inicialmente se mostraron comprensivos con Sanz, calificaron luego la medida de inadecuada y "visceral".

Sin colaboración

La fórmula utilizada por el Ejecutivo navarro es la de "dar por resuelta" la colaboración de Navarra con Euskadi dentro del protocolo de colaboración entre Aquitania, Navarra y el País Vasco, en el que las tres comunidades venían trabajando desde 1992. Sanz recordó que los acuerdos parlamentarios de PNV y EA con Euskal Herritarrok recogen objetivos de territorialidad que afectan a Navarra y que podrían ser defendidos democráticamente, pero nunca mediante el terrorismo. El presidente navarro calificó de "ambigua" y "fuera de toda lógica democrática" la postura del lehendakari Ibarretxe de dejar sólo en suspenso la colaboración con EH mientras no se desmarque del nuevo atentado mortal de ETA. "EH sigue sin condenar los atentados, y por lo tanto amparando la violencia criminal de ETA", subrayó.

La ruptura oficial de toda relación con Euskadi culmina un paulatino proceso de distanciamiento político iniciado por UPN tras la caída, en 1996, del Ejecutivo tripartido formado por PSN, Convergencia de Demócratas de Navarra y Eusko Alkartasuna. Al asumir nuevamente el poder, lo primero que hizo UPN en octubre de 1996 fue retirar de las Cortes Generales el Acuerdo de Cooperación entre el País Vasco y Navarra que los Parlamentos de ambas comunidades habían aprobado previamente, y en el que se establecía la creación de un órgano permanente de cooperación.