Ejecutado en Tejas un enfermo mental pese a las peticiones de clemencia
Larry Robinson, un enfermo mental de 42 años, acusado de los asesinatos de cinco personas en 1982, fue ejecutado el pasado viernes por la noche en Tejas, pese a las peticiones de clemencia enviadas por el Papa, la Unión Europea y Amnistía Internacional. Esta la cuarta de las siete sentencias de muerte previstas este mes en Tejas, el Estado que bate todos los récords en número de ejecuciones: 203 desde que se reinstauró el castigo capital en Estados Unidos en 1976.
Robinson fue ejecutado por inyección letal en el penitenciario de Hunstaville. Su muerte debía haber tenido lugar el pasado 17 de agosto pero el Tribunal de Apelación de Tejas decidió revisar su caso debido a su condición de enfermo mental. La acusación consiguió sin embargo demostrar que el condenado podía ser ejecutado puesto que entendía el criterio legal del castigo que se le había impuesto.
Robinson, veterano de las fuerzas aéreas, fue diagnosticado como esquizofrénico paranoico años antes de cometer sus crímenes y había sido internado en varios centros siquiátricos. El 10 de agosto de 1982, mutiló sexualmente y decapitó a su amante y compañero de habitación en su casa de Fort Worth, Tejas, antes de matar a cuatro de sus vecinos, incluido un niño de 11 años.
La acusación consiguió demostrar en el juicio que Robinson era consciente de sus actos en el momento de los hechos. Asociaciones norteamericanas en favor de los enfermos mentales han denunciado el caso como uno de los ejemplos del fallo del sistema siquiátrico en Estados Unidos al argumentar que si Robinson hubiera recibido el tratamiento adecuado quizás no hubiera cometido los asesinatos.
Llamamiento internacional
El gobernador del Estado y actual candidato a las presidenciales, George Bush, se encontraba en campaña electoral para las primarias republicanas en Iowa, en el momento de la ejecución. Bush desoyó todas las peticiones de clemencia.
El Papa le envió una carta, en agosto pasado, pidiendo la conmutación de la pena de Robinson. "Matar a gente para demostrar que matar es pecado es una contradicción, aún más patente cuando se trata de un enfermo mental". La Unión Europea y organizaciones pro derechos humanos como Anmistía Internacional también abogaron públicamente en favor de Robinson.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.