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ETA VUELVE A MATAR

ETA tiene infraestructura y un 'comando' fijo en Madrid

Jorge A. Rodríguez

ETA ha conseguido mantener intacta parte de su infraestructura en Madrid y ayer demostró que está activa. El Ministerio del Interior ya tenía la sospecha de que entre dos y cuatro terroristas se habían instalado en la capital de España para matar tras el fin de la tregua, aprovechando al menos un piso franco que la organización conservaba intacto. Estos activistas son, presumiblemente, Julia Moreno Macuso, Javier Abaunza Martínez, Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Múgica Goñi, cuyas fotos fueron difundidas por Interior el pasado 21 de diciembre y sobre los que se advierte que siempre van armados y que son "extremadamente peligrosos".Los servicios que combaten el terrorismo están convencidos de que ETA tiene en activo al comando Madrid, a dos grupos en Vizcaya (uno parcialmente desarticulado), otro en Guipúzcoa y uno más en Vitoria. Los terroristas que supuestamente se han instalado de forma permanente en Madrid se habrían aprovechado de la infraestructura que las fuerzas de seguridad no habían logrado descubrir después de que los activistas abandonaran precipitadamente un piso de la calle Polibea, a principios del verano de 1997, tras la explosión fortuita de unos detonadores que tenían almacenados en un armario.

La sospecha ya se había convertido en certeza el 4 de mayo tras la intervención en un piso de Ciboure (Francia) de documentos la organización, en los que había datos y fotos del conde de Siruela, Jacobo Martínez de Irujo, hijo de la duquesa de Alba. Éste había sido sometido días antes a seguimiento en Madrid con la presumible intención de secuestrarlo. Esta información habría sido elaborada por Julia Moreno Macuso y Javier Abaunza.

Este grupo de terroristas también era el supuesto receptor de lo que el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, definió como la caravana de la muerte, el convoy compuesto por dos furgonetas cargadas en total con casi 1.700 kilos de explosivos que la Guardia Civil interceptó en la Nacional II, a la altura de la localidad zaragozana de Calatayud. El objetivo de estas dos furgonetas no ha podido ser descubierto por el momento, pero dejó claro que ETA pretendía rubricar el fin de la tregua con un atentado en la capital de España.

Un grupo articulado

Mayor Oreja dijo ayer que lo que parece claro es que los autores de este último crimen en Madrid forman "un grupo que está articulado y que sin duda responde más a un carácter fijo que itinerante". Varios datos avalan esta afirmación del ministro. Uno de ellos es el hecho de que los dos vehículos utilizados en el atentado hubieran sido robados en Madrid. El Renault Clio rojo cuya explosión mató al teniente coronel Pedro Antonio Blanco había sido sustraído el 15 de noviembre como uno de tantos en Madrid, mientras que el coche de huida, un Clio blanco, había sido robado el 4 de enero también en la capital de España, una ciudad en la que ETA ha colocado un total de 27 coches bomba. Igualmente, debían conocer datos sobre el Clio de un ciudadano de Alcalá de Henares al que duplicaron las matrículas.

Los terroristas, además, disponían de información precisa sobre los movimientos y las costumbres del teniente coronel. Eso les permitió colocarse ayer en un punto de la calle de la Virgen del Puerto desde el que pudieron vigilar sus movimientos y, al mismo tiempo, eludir los efectos de la onda expansiva. Igualmente tenían trazada la ruta de huida y, supuestamente, habían dispuesto un coche cerca de la calle Paradinas para continuar su huida.

Las fuentes consultadas de Interior creen que los terroristas habían colocado la bomba -supuestamente 20 kilos de dinamita dentro de una olla- para atentar contra el vehículo del teniente coronel, ya que es la primera vez que la banda coloca un coche bomba para matar a una persona que va a pie. El vehículo oficial se retrasó por una falsa amenaza de bomba.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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