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Reportaje:RADIOGRAFÍA DE UNA LEGISLATURA

El jefe de la cocina Un creador de expectativas, expansionista y anticipador

Lourdes Lucio

La principal tarea de cualquier consejería de la Presidencia es la de que al jefe del Gobierno no le toquen ni un pelo. La segunda, la de control. La tercera, la de coordinación. Estas funciones las ha cumplido en estos cuatro años de legislatura Gaspar Zarrías Arévalo, hasta el punto de encarnar la palabra ubicuidad.La Consejería de la Presidencia no es un departamento gestor ni inversor y tampoco tiene mucha carga legislativa. Es un departamento en estado político puro, por donde pasan, gestan, cocinan y aderezan todos los asuntos del Gobierno y la mayoría del presidente. En definitiva, es la que manda, la sala de control a la que están conectadas las arterias del Ejecutivo. Si, además, el sillón de la consejería lo ocupa Gaspar Zarrías, "una persona con capacidad de trabajo ilimitada", según le reconocen amigos y enemigos, las tres vertientes señaladas tienen garantía cien por cien.

De la web de Zarrías dependen la Oficina del Portavoz del Gobierno, la dirección general de Comunicación Social, las delegaciones de la Junta en Bruselas y Madrid, la dirección de Asuntos Europeos y de Cooperación Exterior, los institutos de la Mujer y de la Juventud. De todos ellos, Zarrías se ha dedicado con plenitud al área de la Comunicación Social, mientras que ha cedido a sus colaboradores los restantes. Los que le conocen dicen que el consejero es de los que dejan hacer en los temas que no domina, como es el caso del Instituto de la Mujer -donde se ha puesto en marcha el plan para la erradicación de la violencia doméstica-.

En estos cuatro años, Zarrías ha creado el Instituto de la Juventud y aprobado un decreto joven, en lugar del prometido plan, con medidas como la de facilitar el acceso a la vivienda, los viajes de formación o las nuevas tecnologías. El área de relaciones exteriores ha tenido un fuerte impulso, especialmente en materia de cooperación, donde la actuación se ha focalizado en Marruecos y Cuba, países en los que se han concentrado los esfuerzos presupuestarios y con los que se mantienen relaciones políticas fluidas.

Pero el campo donde Zarrías ha dado de sí, como si fuera un fumador compulsivo, todo lo que le ha dado tiempo es el de la comunicación social. Desde Presidencia se puso en marcha el Canal 2 Andalucía de la televisión autonómica, se ha creado la Sociedad Andaluza para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, la red digital de banda ancha y un centro de producción llamado Andalucía Digital Multimedia. Además, ha dejado a Telefónica sin su principal cliente, al crear una red corporativa de la Junta, donde todos los teléfonos de la Administración están conectados entre sí y se integran los servicios de telefonía fija y móvil, contratados con Retevisión y Airtel. También se han adjudicado las demarcaciones de cable.

Sus partidarios elogian esta dedicación tan intensa en sólo una legislatura, pero sus detractores lo acusan de hacerlo de espaldas al Parlamento y sin ningún control. En lo que coinciden es que Zarrías es el que manda en la Radio Televisión Pública de Andalucía, organismo que depende presupuestariamente de Presidencia. La oposición se queja de la falta de pluralidad de los informativos, donde ser periodista de Jaén, su provincia, es como llevar una estampilla en la frente. En Canal Sur, si uno ha nacido en Jaén es, se quiera o no, "de Zarrías".

No obstante, hay una minoría de dirigentes en el PSOE que, aun participando de la opinión mayoritaria de que "mucho peor es lo que hace Televisión Española", minimizan la importancia de que los consejeros socialistas sean estrellas de informativos y alertan de la programación en su conjunto, con profusión de espacios donde entretienen a los andaluces alzando gorros de distintos colores.

En una de sus primeras comparencias en el Parlamento, el titular de la Presidencia prometió un Consejo Andaluz de Comunicación, un órgano asesor independiente con competencias y funciones que evitara que la primera cadena de Canal Sur tenga la misma programación que una tele local. Nada de esto se ha hecho, como tampoco ha presentado la ley de Cooperación al Desarrollo (que ha sustituido por el plan de Solidaridad) y el decreto de las Televisiones Locales. En el terreno legislativo, del despacho de Zarrías han salido dos modificaciones a las leyes de Publicidad Institucional y de la RTVA, devolviendo al Gobierno la facultad de nombrar al director general, que en la anterior legislatura fue elegido por la Cámara.

Pero donde el porcentaje de coincidencia es elevadísimo a la hora de valorar a Zarrías es que ha sido un consejero de la Presidencia real, que ha asumido gustoso el papel de malo y le ha guardado las espaldas a Manuel Chaves. Muchos afirman que ha ejercido de vicepresidente y que esa actividad expansionista (si hay un espacio libre lo ocupa) provocó tensiones al inicio de la legislatura con la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, el otro peso pesado del Gobierno andaluz. Zarrías desconoce qué es el ITAE, el PIB nominal y el valor añadido bruto al coste de los factores. Es un político, lo cual no está reñido con el aprendizaje, y para que los andaluces sepan qué es lo que pasa con la financiación de la comunidad utiliza un lenguaje conciso y claro. Todas las complejas claves del sistema las puede resumir en una frase del tipo: "Lo único que el Gobierno central ha dado a Andalucía es la espalda".

Como coordinador, ha intentado que la música del Ejecutivo fuera la misma, aunque las letras variasen, y ha suavizado las tensiones entre algunos compañeros de gabinete con la responsable de Hacienda. Con el socio andalucista, Antonio Ortega, ha mantenido interminables reuniones para evitar que la coalición de Gobierno chirriase, si bien el PA se ha enterado cinco minutos antes que todo el mundo de medidas que se iban a poner en marcha, como el pago de medicamentos.

Zarrías ha sido uno de los artífices de lo que se ha llamado la confrontación con Madrid, con declaraciones impropias de un consejero de la Presidencia y más ajustadas al cargo que desempeña como secretario provincial del PSOE de Jaén. Ha sido capaz de abrir una línea de diálogo con los anteriores responsables del Ministerio de Administraciones Públicas, especialmente con el ex secretario de Estado Jorge Fernández Díaz a través de su amigo Juan Ojeda (PP), pero también ha contribuido a dinamitarla con afirmaciones, calculadas al milímetro, para que las querellas anunciadas no prosperasen.

A Gaspar Zarrías (Madrid, 1955), el presidente de la Junta le propuso continuar en el Gobierno como consejero de Industria una mañana de 1996, cuando los socialistas, contra pronóstico, volvieron a ganar las elecciones autonómicas. Horas después la oferta seguía en pie, pero no en la misma consejería sino en la de mayor peso político, la de Presidencia. Eligió a un hombre que empezó en la política a los 17 años, que habla igual con el alcalde de Cazalilla que con un ministro y que por la mañana está con el obispo de Córdoba y por la noche cenando con el presidente del Real Betis, Manuel Ruiz de Lopera. ¿Influyó alguien en la decisin de Chaves? Nadie da nombres, pero aseguran que el criterio de que la coordinación con el PSOE funcionara como un reloj fue determinante.Así ha sido, incluso algunos piensan que en demasía. Dada su innata capacidad para ocupar lo ocupable, hay quien afirma que Zarrías ha marcado en ocasiones la política regional del partido cuando no le correspondía ni como consejero ni como secretario del PSOE de Jaén.

Esa misma característica expansionista o, dicho en palabras de un miembro del Gobierno, su "capacidad de creación de expectativas", ha podido dar al traste con algunas acciones del presidente. La mayoría han sido anticipaciones inocuas (como cuando anunció que Chaves había enviado una carta al comisario europeo de pesca, Franz Fischler, cuando ésta aún no se había redactado), pero otras no: la más reciente conocida cuando avanzó una audiencia con el Rey de Marruecos que no se había cerrado.

Sus contactos con IU han sido nulos, mientras que con el anterior equipo del PP los teléfonos siempre han estado abiertos, especialmente, con el ex secretario general Juan Ojeda y con el equipo de Administraciones Públicas de Mariano Rajoy. Los debates parlamentarios entre Ojeda y Zarrías, duros políticamente, estaba repletos de guiños que irritaban a los conservadores y sorprendían a los socialistas.

Zarrías tiene tanta fama de leal entre los suyos, como de fullero entre los que no lo son. Dos hechos han contribuido a abundar en este última opinión: la denuncia de pucherazo en las elecciones primarias y un documento con instrucciones a sus cargos institucionales para que arremetieran contra el Gobierno central. Los dos episodios tuvieron origen en Jaén, por lo que todos los dardos se dirigieron hacia el máximo responsable político de esa agrupación. Se lo advirtió un buen amigo hace más de un año, coincidiendo con el anuncio de Chaves de que iba a impulsar las fusiones de las cajas de ahorro: "Gaspar, van a por ti". De momento, ahí está.

"Tirón de las tecnologías"Manipulador y tramoyista

Si hay algo de lo que está orgulloso el consejero de la Presidencia es del "tirón muy fuerte" que se ha dado en estos cuatro años en materia de telecomunicaciones, que, según opina, ha situado a la comunidad "en los primeros puestos de salida" para afrontar los cambios teconológicos. Asegura que ha actuado como "soporte" al presidente de la Junta, Manuel Chaves, y que en su sueldo va el de "desbrozarle" el camino. "En estos cuatro años Andalucía ha ganado en peso y liderazgo, pero hay que ir más allá y analizar el salto que ha dado la comunidad en los últimos 10 años, que va a ser posible que encare con fuerza el siglo XXI".Concha Caballero (Izquierda Unida) no se anda por las ramas a la hora de valorar al consejero: "Zarrías es una mentira con patas, el tramoyista del poder y el artífice de la estrategia de la confrontación. Ha convertido la primera cadena de la televisión andaluza en un paseo de consejeros y de niños cantando".

Antonio Sanz (PP): "Ha sido el vocero de la confrontación y desde la consejería se ha liderado todos los tejemanejes del poder del PSOE andaluz. El hecho más grave es que desde la dirección política de Zarrías se ha multiplicado el nivel de manipulación y control político de los medios de comunicación públicos".

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