"El Bilbao de hoy no puede olvidar la herencia de su pasado"
Tiene edad como para poder recordar el Bilbao plácido de antes de la guerra y un equipaje de experiencia que le convierte en protagonista de lo acontecido en los últimos 70 años. José Manuel Sánchez Tirado (Bilbao, 1926), periodista radiofónico jubilado, ha dedicado los dos últimos años a escribir Adiós al Bilbao que se nos fue. Pequeña historia de la villa 1935-1983. (La Gran Enciclopedia Vasca).Sánchez Tirado ha llenado los muchos calendarios olvidados en su vida de imágenes. Las más significtivas las ha plasmado en su libro: 420 páginas y más de 300 fotografías de la capital vizcaína desde antes de la guerra civil y hasta las inundaciones de 1983.
"No es una autobiografía porque no cuento mis experiencias íntimas, pero sí lo es en cuanto que he vivido de alguna manera todo lo que ha pasado en esos años", explica.
El autor reconoce que a los más jóvenes puede parecerles exagerado hablar de un Bilbao de ayer diferente en casi todo al de hoy. Pero cree que los mayores de 50 años, si no les falla la memoria, dirán que tiene razón. Por eso, Sánchez Tirado no ha pretendido escribir un tratado de historia, sino ser un amplificador de recuerdos compartidos. Escenas callejeras, familiares, costumbres desaparecidas, de instituto, como cuando estalló una bomba y mató a un compañero.
"Un pueblo que ha sufrido, pero que siempre ha sido grande, acogedor, amable y chirene". Los cerca de 40 años que el autor trabajó en Radio Bilbao, de la cadena SER, "la primera emisora y durante muchos años la única en la villa", le sirvieron para conocer a los protagonistas de cada época y para entrar en las casas de los bilbaínos.
Entre casi 50 años de recuerdos, Sánchez Tirado comienza escribiendo del Bilbao de 1935 "cuando todo era diferente de verdad", la guerra civil no había estallado aún y los escolares llamaban señor a los frailes que vestían de paisano.
Entonces, los dentistas eran sacamuelas que instalaban sus consultas al aire libre y las mujeres no fumaban o lo hacían a escondidas. "Ése va con mujeres que fuman", se decía.
En esas fechas, Bilbao tenía 175.000 habitantes y era tranquilo. Los paragüeros se anunciaban por las calles - "con lo que llovía entonces", recuerda Sánchez Tirado- y también los afiladores y los mieleros. El estraperlo, los tranvías, la Iglesia, las modas, cientos de anécdotas y de tipos populares. "Un tiempo en el que la gente era mejor porque tenía menos y éramos más solidarios".
La añoranza más lejana va recorriendo el tunel del tiempo hasta llegar a 1983 cuando la gran riada estremeció a los bilbainos. "Fue la última gran noticia que yo dí". Sánchez Tirado evita la nostalgia, pero dice que "Bilbao no puede olvidarla herencia de su pasado. Los jóvenes tienen que conocer esas batallas que sus abuelos les han querido contar, pero la televisión y los ordenadores lo impidieron".
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