El Deportivo se queda sin crédito
ALAVÉS 2 DEPORTIVO 1Alavés: Herrera; Contra, Karmona, Téllez, Torres Mestre; Nan Ribera, Azkoitia (Javi Moreno, m. 66), Desio, Morales; Julio Salinas (Kodro, m. 81) y Magno (Ibon Begoña, m. 84).
Deportivo: Songo"o; Ramis, Donato, Schurrer; Flavio, Jokanovic (Fernando, m. 78), Mauro Silva, Manel; Djalminha, Fran (Víctor, m. 69); y Makaay (Turu Flores, m. 83).
Goles: 1-0. M. 37. Salinas, de penalti cometido por Ramis a Magno.
1-1. M. 51. Makaay remata un centro de Flavio en una salida en falso de Herrera.
2-1. M. 89. Javi Moreno cabecea un centro desde la izquierda de Torres Mestre.
Árbitro: Fernández Marín, valenciano. Amonestó a Morales, Nan Ribera, Contra y Jokanovic.
Unos 16.500 espectadores en Mendizorroza.
El Deportivo anda sumido en números rojos. Las idas y vueltas que da la competición le han colocado en una situación crítica, aunque es mejor contemplar una crisis desde su atalaya que en cualquier otra posición. Pero algo le ocurre al líder, que está dando signos de debilidad desde hace cuatro jornadas (resueltas con un solo punto a favor). Ayer dio en Mendizorroza un nuevo argumento moral a los rivales que le echan el aliento en el cogote.
El equipo de Irureta ha caído en el conformismo. No sale siempre a ganar, o al menos no lo demuestra. Su enorme pegada le ha dado tantos resultados en esta Liga que ya confía a ciegas en ella. Y no siempre le acompaña. En Vitoria se vio la versión reservona del Deportivo. Sin apenas desgaste el líder había encarrilado el empate, pero esta vez la suerte que le asistió en los últimos minutos fue de la mala. El Alavés le abrió en canal la defensa -ayer un tanto desencajada- y a falta de un minuto para el final le endosó un gol definitivo, de esos que resultan imposibles de replicar por el momento en que se consiguen.
El Deportivo apenas tuvo oportunidades de ganar al Alavés. Siempre anduvo más cerca de la derrota que de lo contrario. Empezó cediendo al equipo de Mané el balón y el campo. Empleó un dibujo elástico, con tres defensas que recibían el apoyo esporádico de Manel, y con Djalminha a su gusto, por donde él quisiera. Pero los de la parte de atrás tocaron ayer más el balón que los de adelante. Al Depor se le abrió una vía de escape por la derecha, donde Magno, en velocidad, hizo que a Ramis (mitad central, mitad lateral) el partido le pareciera eterno. El brasileño y Julio Salinas enredaron mucho en jugadas que, como mandan los cánones británicos, surgían siempre de las bandas. Al fútbol dinámico, de toque corto y alegre del Alavés los deportivistas respondieron con una trinchera. Así, permitieron que el rival les acosara. Y como el Alavés necesita un puñado de ocasiones para marcar, tuvo que agotar casi todo el primer tiempo hasta abrir el marcador, y de penalti.
La segunda parte se presentaba más propicia para los gallegos, porque el Alavés había corrido en 40 minutos lo que le correspondía en 90. Irureta, en cambio, no lo quiso ver y el Deportivo no se obsesionó con la posesión de la pelota. Se conformó con marcar el gol del empate a las primeras de cambio, sin esfuerzo aparente, y dejar que el partido languideciera.
El cansancio del Alavés sólo quedó paliado por los tres cambios, pero un trío de jugadores de refresco no parecían gran cosa ante todo un líder. Sorprendentemente, el Deportivo no quiso apuntillar. No subió al ataque ni manejó el balón. Nada. Sólo disimuló su conformismo en algunas jugadas de estrategia. Pero la suerte se le volvió del revés. Javi Moreno, un delantero que representa la antítesis de la pegada (lo suyo es el tesón), zanjó la tarde con un cabezazo incontestable. La respuesta del Deportivo deberá esperar otra semana. Pero el crédito se le termina.
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