La N-1 fue escenario del 16% de las muertes en las carreteras vascas durante el último año La cifra de víctimas mortales por accidentes de tráfico se redujo un 10,3% durante 1999

Varón, entre 25 y 44 años de edad y conductor. Este es el perfil de las víctimas mortales que se cobraron las carreteras vascas en 1999. Un total de 167 personas perdieron la vida el año pasado, lo que supone un descenso del 10,3% respecto a 1998. La N-1 a su paso por las provincias de Álava y Guipúzcoa sigue siendo la vía que registra más fallecidos, con un total de 27, el 16% del conjunto. Le siguen la A-8 (Bilbao-Behobia), con 21 muertos, y la N-240 (Vitoria-Bilbao por Barazar), con 15. El factor humano aparece como principal causante de los accidentes: los despistes, la velocidad excesiva y el consumo de alcohol o drogas ocasionaron siete de cada diez siniestros, según los datos de la Dirección de Tráfico del Gobierno vasco.

En 1999 se frenó el abrupto ascenso de víctimas mortales registrado un año antes, cuando se rompió la bajada ininterrumpida de la mortalidad por accidentes de carretera que ha caracterizado a la década de los 90. El director de Tráfico, Jesús Arana, señaló a EL PAÍS que, "aunque nunca se puede hablar de balance totalmente positivo cuando hay pérdida de vidas humanas, sí es un hecho muy favorable el que los fallecimientos en accidentes de tráfico hayan descendido el pasado año en más de un 10%. Sobre todo teniendo en cuenta que el incremento del parque automovilístico habido en 1999 en Euskadi apunta a cifras históricas".Sin embargo, el comportamiento de la siniestralidad no es uniforme en las tres provincias. En Vizcaya se redujo la cifra de muertos en un 1,7% (de 60 en 1998 a 59 el año pasado) y en Guipúzcoa en un 27,2%, pasando de 81 víctimas mortales a 59. Por el contrario, en Álava aumentaron los muertos en un 8% (de 45 a 49). Un portavoz del Departamento de Interior no atribuyó el acusado descenso de Guipúzcoa a ninguna causa especial y puso como ejemplo el estudio que se hizo en septiembre de sobre la siniestralidad en la autopista A-8 tras la muerte de diez personas ese año. "Se había generado una psicosis entre la población de que un tramo de esa vía era muy peligroso. Tras el estudio se comprobó que a lo largo de los años esa zona de la autopista era la que menos accidentes había registrado, aunque la mala suerte hizo que en 1997 se produjeran varios percances mortales en ese trecho". "Lo que no era normal es que Guipúzcoa se hubiera disparado hasta los 81 muertos de 1998. Ahora ha vuelto a sus cifras habituales", razonó este portavoz.

Joven y varón

Según la estadística de Tráfico, el grupo comprendido entre los 25 y los 44 años de edad es el que mayor número de fallecimientos presenta, con 67 víctimas, seguido del de jóvenes entre 14 y 24 años, con 44 muertos. Las personas entre 45 y 64 años ocupan el tercer lugar, con 29 víctimas mortales. Los varones son, abrumadoramente, los que más sufren los accidentes, en una proporción superior a su mayor presencia como conductores en las carreteras. De las 167 personas fallecidas el pasado año, 139 eran hombres y 28 mujeres. En cuanto a la posición que ocupaban en el vehículo en el momento del siniestro, 107 de los fallecidos conducían y 43 eran ocupantes. Las otras 17 víctimas fueron peatones.

La N-1 es la carretera más peligrosa de la comunidad autónoma. En sus casi 130 kilómetros de recorrido por Álava y Guipúzcoa se contabilizaron 27 muertos el último año, uno más que en 1998. La mayor incidencia de accidentes en esta carretera se debe, según Tráfico, al elevado volumen de circulación que soporta, buena parte del mismo tráfico pesado, lo que hace que las posibilidades de sufrir un percance se multipliquen. A esa circunstancia hay que sumar la existencia de tramos especialmente conflictivos por su trazado, como la llamada legua del Rey (seis kilómetros y medio que discurren por el Condado de Treviño) y el puerto de Etxegarate, ya en Guipúzcoa. Son los dos puntos negros de la N-1. Por su parte, en la autopista A-8, que va de Bilbao a Behobia, los accidentes más frecuentes son los choques contra obstáculos y los siniestros acaecidos con lluvia.

Educación vial

A pesar de la alta siniestralidad que se registra en la red viaria vasca, el director de Tráfico recordó que desde 1991 a 1999 se ha reducido el número de fallecidos en más de un 40%, pasando de 290 a 167. "La educación vial es la clave para lograr que el tráfico sea cada vez más seguro", apostilló. En esta línea, abundó que los coches son cada vez más seguros y las carreteras mejores, "pero eso no sirve de nada si después los ciudadanos no se comportan de manera correcta en la carretera. Por eso, la reducción de la siniestralidad debe venir, fundamentalmente, por el logro de una mayor concienciación de los conductores y usuarios".

Arana considera que su dirección ha logrado "cierto éxito" durante los últimos años en el campo de la educación vial. Así, un total de 21.083 niños y niñas han realizado alguna actividad de este tipo en los centros educativos de los municipios que mantienen un convenio con el Departamento de Interior. Además, entre otros programas, Tráfico ha editado un libro para el profesor y láminas para el alumnado, junto a un vídeo complementario, para que durante este curso 1999-2000 los niños de Educación Primaria dispongan de un material de trabajo sobre seguridad vial.