Rubí envía al juez dudosos apuntes contables del Atlético
El administrador judicial del Atlético de Madrid, Luis Manuel Rubí, remitió ayer al juez Manuel García-Castellón un escrito en el que pone en duda algunos documentos contables del club que en apariencia indican que falta dinero de los abonos y un cuadre de caja sin justificar por algunos cientos de millones de pesetas. También denunció que un intermediario en la compra de Hasselbaink falsificó la firma de Miguel Ángel Gil.
Luis Manuel Rubí, según fuentes jurídicas, ha encontrado un recibí de caja del 1 de diciembre pasado por importe de 231 millones firmado por Jesús Gil y cuya realidad no está acreditada entre el Atlético y Promociones Futbolísticas, la empresa del ex presidente del club y su familia. Aparentemente es la justificación de un pago de vencimiento posterior, aunque parece más bien que Jesús Gil dispuso de ese dinero en retiradas sucesivas entre julio y octubre de ese año.Rubí remitió al juez una serie de documentos contables y una advertencia de que no entiende algunos de los planteamientos seguidos en los apuntes. El examen de los documentos aparentemente denota una falta de dinero de la venta de abonos o un cuadre de caja sin justificar. La cuenta de ingresos por abonos, entre julio y septiembre de 1999, refleja 548 millones cuando parece que la cantidad ingresada excedió de los 1.000 millones y no se refleja contablemente. Miguel Ángel Gil explicó que dichos documentos no han sabido ser interpretados por Rubí y que de ese capítulo salió la indemnización cobrada por el entrenador Radomir Antic cuando le rescindieron su contrato. Gil Marín agregó que el colaborador de Rubí, Miguel Juane, habló con el abogado de Antic quien le confirmó que el extécnico del equipo había recibido su indemnización.
El administrador judicial, además, remitió al juez Manuel García-Castellón un expediente que contiene una firma aparentemente falsificada de Miguel Ángel Gil para atender el pago de 40 millones de comisión al intermediario Jesús Esteban Vargas Machuca. Según fuentes jurídicas, éste habría intentado cobrar una supuesta comisión de 40 millones que Gil Marín le habría reconocido por el fichaje de Hasselbaink. Según la documentación enviada al club por el comisionista, ahora debería atenderse un pago de 20 millones y en agosto el resto.
Según fuentes jurídicas, el director de desarrollo del club habría informado al Rubí que la firma no correspondía a la de M.Ángel Gil y que el papel con el supuesto reconocimiento de la comisión no es el que utiliza el Atlético. Informó además que en el club no hay consignado ningún pago a Vargas, aunque sí previstas dos entregas de 156 y 78 millones al agente oficial de FIFA Humphrey Nijman.
Rubí acompañó el expediente a García-Castellón para que acuerde "lo que estime", pero con la indicación de que puede tratarse de "una falsedad documental para intentar un aprovechamiento de la situación sin causa lícita". M.Ángel Gil explicó que tiene reconocida la comisión a Vargas Machuca pero que éste debió ponerse nervioso ante la actual situación del Atlético y la posibilidad de no cobrar, falsificó su firma y envió el documento al club "por si colaba".
El contable de Gil
Por otro lado, el contable de confianza de Jesús Gil en el Club Financiero, Francisco José Alarcón, declaró ayer ante el juez Manuel García Castellón, que anotó en unos "estadillos" los pagos que Jesús Gil hizo al Atlético entre 1987 y 1992, que fueron utilizados por Gil como justificantes de la deuda reconocida a su favor por la asamblea de septiembre de 1991.
Según fuentes jurídicas, Alarcón negó que se tratase de dinero negro, aunque precisó que él se limitaba a apuntar las cantidades que Gil le dictaba. Jesús Gil manifestó ante el juez que el dinero adelantado al club para comprar jugadores no se podía asentar en la contabilidad del Atlético porque el Consejo Superior de Deportes no permitía que el club aumentara su deuda para poder transformarse en sociedad anónima deportiva.
El gerente del Atlético, Clemente Villaverde, aseguró que la responsabilidad de la transformación del club recayó sobre José Luis Sierra como abogado personal del presidente. Jesús Gil Marín, por su parte, declaró que su cargo de vicepresidente era sólo testimonial.
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