Matutes confirma que no será candidato y que se retira de la política porque se lo debía a su familia

Abel Matutes, de 58 años, anunció ayer oficialmente su retirada de la vida política, que comenzó hace treinta años en la alcaldía de Ibiza y que concluirá al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores. "Es una decisión que debía a mi familia, a mi mujer y a mis hijos en particular", afirmó ayer en una conferencia de prensa que ofreció en el palacio de Viana junto a la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Mary Robinson.Matutes quiso poner fin así a especulaciones sobre su posible candidatura a un puesto de senador por Ibiza. "La política es un sacerdocio que no admite medias tintas, exige una dedicación plena y por eso he tomado la decisión de retirarme de la vida política activa". En una meditada respuesta a una pregunta de la prensa, el ministro señaló que va a seguir al frente de sus obligaciones, "con todas sus consecuencias", y va a participar en la política activa y en la campaña electoral. "Cuando concluya, me iré orgulloso de haber estado en los orígenes del proyecto del PP, de haber podido aportar mi granito de arena a la transición a la democracia en España y a la posterior consolidación de esta democracia, y orgulloso de haber formado parte del Gobierno del presidente Aznar, cuyas ideas tienen un gran futuro en España y en Europa".

Matutes, que sufrió un infarto agudo de miocardio en marzo de 1997, señaló que el puesto que ha desempeñado al frente de la diplomacia española exige "un ritmo de trabajo y de viajes muy intenso, y eso requiere buena salud; ahora la tengo, pero no quisiera perderla otra vez". A modo de breve balance de su vida pública, señaló: "He tenido la suerte, que no todos tienen en la vida, de trabajar en lo que me gustaba, y además tengo la satisfacción de decir que siempre he antepuesto los intereses del Estado y las obligaciones de mi cargo a los intereses personales, e incluso a los de mi partido. Me voy con la conciencia tranquila, satisfecho de que, en todo momento, he hecho lo que creía que debía hacer".

La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que inició en Madrid su primera gira oficial de 2000, elogió la labor del magistrado español Baltasar Garzón al perseguir los crímenes cometidos por la dictadura militar chilena y por el procesamiento del general Augusto Pinochet. En su opinión, la decisión de Garzón de investigar crímenes que no "tienen que tener fronteras" ha obligado a una reflexión con consecuencias en la jurisprudencia internacional. Ha tenido también, añadió, el efecto positivo de que algunos dictadores y criminales se lo piensen antes de cruzar las fronteras de su país, por temor a ser detenidos.

En su entrevista con Matutes, Robinson analizó la situación de los derechos humanos en el escenario internacional. España ha vuelto a formar parte de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con sede en Ginebra, tras más de ocho años de ausencia.

Robinson recibió ayer en Madrid el III Premio Joaquín Garrigues Walker de manos de la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre. La alta comisionada de las Naciones Unidas fue presentada por Federico Mayor Zaragoza, hasta hace poco secretario general de la UNESCO. Hoy será recibida por el Rey y se entrevistará con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y con el Defensor del Pueblo en funciones, Antonio Rovira.