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2000

JUANJO GARCÍA DEL MORAL Pues no ha pasado nada. El año 2000 ha llegado y no se ha acabado el mundo, ni se han producido los catastróficos sucesos que algunos agoreros anunciaban para cuando el calendario por el que nos regimos llegara a esta cifra que se pretendía mágica. El tan temido efecto 2000 ha quedado en bien poca cosa. Así, todo sigue más o menos igual que antes. Temores y miedos aparte, quien más, quien menos, se había hecho alguna idea de lo que podría significar la llegada de este año o había depositado alguna esperanza para ese momento. Desde los lejanos tiempos del 2001: odisea del espacio, incluso desde muchos antes, la gente venía haciendo cábalas sobre cómo serían el mundo y su vida cuando la última hoja del año 1999 fuera arrancada del almanaque. Y la verdad es que han sido muchos y notables, impensables hace sólo algunos años, los avances que ha vivido la humanidad en aspectos como las ciencias y las tecnologías. Sin embargo, en lo esencial, en nuestro día a día, todo sigue más o menos igual; y no es que uno esperara transformaciones milagrosas, pero se había hablado tanto del asunto, que al final hasta los más escépticos habían caído en la trampa de pensar que estábamos a las puertas de una nueva era. Nada más lejos de la verdad. Algunos hechos sucedidos en estos primeros días del año nos permiten constatar que el panorama no ha cambiado y nos devuelven a la cruda realidad. Destaca de entre todos ellos, por su mezquindad, el referente a Elián González, el niño balsero cubano en torno a cuya custodia se ha organizado una verdadera batalla política en la que los intereses y el bienestar del propio afectado quedan relegados a un segundo o tercer plano: la política llevada a sus más abyectos extremos. En el terreno doméstico, el hecho de que la justicia valenciana haya sido prácticamente la única instancia que ha sufrido las consecuencias del efecto 2000 también nos devuelve a nuestra triste realidad cotidiana. Por lo demás, que no se preocupen los pesimistas ni los que esperaban grandes acontecimientos: tendrán una nueva oportunidad al final de este año, en que sí se producirá el cambio de siglo y de milenio.

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