Monteseirín promete al PA que tendrá poder en la decisión del Bazar España
El alcalde Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, intentó ayer enfriar la tensión que se vive en la coalición de gobierno municipal entre socialistas y andalucistas con una larga conferencia de prensa en la que insistió en que su decreto para indemnizar a las víctimas del Bazar España no se buscan culpables, sino procurar que las indemnizaciones lleguen a las familias cuanto antes.
El alcalde les recordó a sus socios que tendrán mucho poder a la hora de dar contenido al expediente, ya que se haría en "el seno del gobierno" y lo debe aprobar el pleno. Las puntualizaciones del alcalde sobre los objetivos del expediente no causaron el esperado efecto balsámico en la coalición. El portavoz adjunto del PA en el Ayuntamiento de Sevilla, Rafael Carmona, acusó a Sánchez Monteseirín de "mentir" a los sevillanos sobre su compromiso con las víctimas y calificó la decisión como un ejercicio de "autobombo".El alcalde de Sevilla mezcló en su comparecencia la mano tendida con duras puyas a sus socios de gobierno. Sánchez Monteseirín recordó que el propio Gobierno central había usado una fórmula muy similar para ayudar a los damnificados por la rotura de un depósito de aguas en Melilla en noviembre de 1997.
El alcalde aseguró que no quería "caridad" para las víctimas, por lo que se inclinó por una "medida novedosa y progresista" para ayudar a algunas de estas familias que están, según él, en precarias condiciones económicas. Sánchez Monteseirín destacó su compromiso "moral" con las víctimas por lo que quiere prestarles ayuda cuanto antes. Eso sí, con la posibilidad de resarcirse económicamente por las indemnizaciones si el juez dictamina la responsabilidad de otras partes, tales como la inmobiliaria Osuna o el arquitecto encargado de la demolición. Con un esquema simplista, la propuesta de Monteseirín podría describirse como un adelanto de las indemnizaciones a la espera de que el juez decida quién y cuánto se debe pagar.
Sánchez Monteseirín también les lanzó alguna crítica y aseguró no entender la dimisión del titular de Urbanismo cuando sucedió el derrumbe, Mariano Pérez de Ayala, y subrayó que "el gobierno se comparte, pero la alcaldía no, y el alcalde es el encargado de las iniciativas políticas". En un momento de su intervención, llegó a asegurar que "no merece la pena ser alcalde" sino se cumplen los compromisos adquiridos, aunque inmediatamente le quitó hierro a este órdago a sí mismo y se mostró convencido de que todo se solucionará "con el diálogo dentro del gobierno municipal".
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