Andrés Segovia crea escuela en Belgrado

Como el resto de participantes en el Certamen internacional de guitarra clásica Andrés Segovia, lo primero que hizo el yugoslavo Goran Krivokapic cuando llegó a La Herradura, en Granada, fue preguntar por la finca Los Olivos. La casa que el maestro jiennense Andrés Segovia tuvo en esta pequeña localidad de la costa granadina es una especie de santuario para los guitarristas de todo el mundo. Un lugar de peregrinación para los jóvenes aspirantes a maestros, como La Meca lo es para los musulmanes."Andrés Segovia es el padre de todos los que amamos la guitarra", aseguraba ayer Krivokapic, después de recoger el primer premio del certamen, que le ha sido otorgado por su virtuosa interpretación de la Grand Overture, de Mario Giuliani, y Tres Bagatelas, de W. Walton.

Krivokapic, de sólo 20 años, no había estado nunca antes en España. Y en su primera visita se lleva bajo el brazo el 1.200.000 pesetas del primer premio, una guitarra valorada en 800.000 pesetas, donada por el constructor granadino Santiago Marín, y la oferta de sendos conciertos como solista en Valencia y Sevilla.

El guitarrista yugoslavo conoció la existencia del certamen a través de la revista británica especializada Classical Guitar. Ayer se mostraba satisfecho de su buen resultado, aunque aseguró que nunca había dudado de sus posibilidades. "En Yugoslavia existe una gran tradición de estudio de la guitarra y muy buenas escuelas", explicó.

En esta edición, la décimosexta, el Certamen Internacional de Guitarra Clásica Andrés Segovia ha vuelto a demostrar su prestigio internacional. Al premio han optado 21 intérpretes, pertenecientes a 14 nacionalidades. Tras dos pruebas eliminatorias, el pasado miércoles se celebró la final. A ella accedieron cinco guitarristas que tuvieron que demostrar sus cualidades interpretando el Concierto Aguediano, de Antón García Abril.

El segundo premio recayó en el intérprete polaco Grzegorz Krawiec, de 19 años, y el tercero en el mexicano Mauricio Díaz Álvarez, de 26.

La juventud ha sido una de las características comunes en la mayoría de los participantes en esta edición. Ninguno de ellos superaba los 33 años, aunque casi todos cuentan con una dilatada y reconocida experiencia profesional.

El ganador del certamen granadino, por ejemplo, ha ofrecido numerosos conciertos en su país, ha tocado en emisoras de radio y televisión y ha sido premiado en otros dos concursos.

Krivokapic nació en Belgrado e inició sus estudios de guitarra a los doce años. Además de su pasión por Andrés Segovia, reconoce su admiración por Paco de Lucía. "El año pasado lo vi actuar en Belgrado y me entusiasmó", recuerda.

También le gusta el flamenco, aunque durante su breve estancia en España no ha tenido la posibilidad de asistir a una actuación en directo. "Por ahora sólo lo he escuchado en grabaciones", aclara.

El Certamen internacional de guitarra clásica fue instituido en 1985 para rendir homenaje a Andrés Segovia, que vivió durante varias temporadas en La Herradura. De hecho, el músico jiennense fue nombrado hijo predilecto de este anejo del municipio de Almuñécar.

En la actualidad, el premio está organizado por la Tenencia de alcaldía de La Herradura y el Ayuntamiento de Almuñécar.

Junto a los galardones de interpretación, el jurado del certamen concedió un premio de composición al italiano Virginio Zoccatelli, por su obra Five Pieces.