ESTHER FREIRE EDITORA INFANTIL "Los niños madrileños tienen pocas atenciones humanas"
La periodista Esther Freire (El Bierzo, 1973) no ha seguido el itinerario habitual del plumilla novato, agobiante de becas veraniegas, primeras prácticas y colaboraciones esporádicas. Esther se transmutó, en un suspiro, en editora creando una revista infantil con su compañera de Facultad Inés Domínguez. Un trabajo de la carrera les puso en la pista: tenían que realizar un estudio de mercado sobre un medio de comunicación y se percataron así de que los quioscos eran un desierto en lectura infantil, "donde no existían publicaciones nuevas desde hacía 20 años". Se inventaron entonces Tupataleta, una revista de 20 páginas, participativa y colorista, que cae gratis cada dos meses en las manos de 100.000 escolares madrileños de 6 a 12 años. Su fomento de la lectura les ha granjeado el patrocinio del Instituto del Menor y la Familia, y la Dirección General de la Mujer de la Comunidad de Madrid.Pregunta.¿Qué asuntos aborda la revista?
Respuesta.De todo un poco. Por ejemplo, en la de este mes tratamos la llegada del año 2000, pero de manera distinta a otros medios. Hay un reportaje para toda la familia donde se les cuenta que en otras sociedades no se está entrando en el 2000, que los musulmanes están en otra época y que hace años los romanos contaban el tiempo de forma distinta. Y para el cuestionario hemos elegido a una persona de 100 años que nos relata su infancia.
P.¿Difunden valores?
R.Intentamos demostrar que somos periodistas, no pedagogos y hacemos una revista lúdica que no se entromete en la labor del profesor, aunque muchos profes la utilizan en clase. Se trata de enfocar al niño, conducirle a la imaginación, creatividad, valores solidarios. La revista es puro sentido común, no tiene moralina.
P.¿Cómo son los niños madrileños?
R. Según las encuestas que hacemos cada año, nos damos cuenta de que cada vez hacen más actividades extraescolares elegidas por sus padres. Tienen más de todo: ordenador, consola, equipo de música y habitación propia, pero pasan menos horas con sus padres. Eso les satura.
P.O sea, que les perjudica.
R.Bueno, al menos nosotras proponemos a través de la revista que los niños hagan actividades que no cuesten dinero pero que aporten cultura, saber, y que lo hagan con los adultos. Los niños madrileños tienen muchas atenciones materiales y pocas humanas.
P.¿Son menos avispados que antaño?
R.No, su imaginación sigue siendo absorbente y aprenden de todo. A los adultos les resulta difícil leer nuestra revista porque está muy llena de color, pero es que es moderna y ha de competir con los medios audiovisuales. Si estás acostumbrado a coger un juego de ordenador, entiendes muy bien la revista. Ese tipo de códigos quizá le resulta muy complejo al adulto, pero a los niños no, porque se adaptan a las nuevas tecnologías.
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