El líder se desploma
El Deportivo pierde su contundencia y sufre una sonora derrota ante un valiente Racing
Cuando más firme parecía y con el campeonato de invierno al alcance de la mano, el líder se desplomó estruendosamente. Si la derrota de hace 15 días en Zaragoza entraba dentro de lo previsible, el accidente de anoche ante el Racing resulta mucho más grave para el Deportivo. A los gallegos los abandonaron la suerte y la contundencia ofensiva que tantas víctimas había causado en esta Liga. El Racing, que llevaba nueve partidos sin ganar, alcanzó un marcador escandaloso como premio a su valiente actitud.La línea que separa la valentía de la temeridad es extremadamente delgada, y en ese peligroso filo se mueve Gustavo Benítez, entrenador del Racing. Su osadía no se detiene ante nada, ni siquiera en ocasiones como la de anoche, cuando visita el campo del líder con medio equipo -incluida la defensa titular- fuera de combate. Pero el valiente Benítez no se arredra ante la adversidad y siguió fiel a su receta: tres defensas, dos extremos como carrileros -Manjarín y Amavisca-, un media punta y dos delanteros. Un hombre con arrestos, sí señor.
Durante diez minutos, dio la impresión de que el Racing iba a pagar un doloroso precio por la desenfrenada alegría de su entrenador. El Deportivo apenas tardó unos segundos en tirar a puerta, y Makaay estuvo a punto de atrapar el gol. El líder se hizo dueño de la situación, Manuel Pablo y Víctor destrozaron al Racing por la banda derecha y el gol deportivista se vaticinaba inexorablemente. Pero el Racing logró torcer el rumbo en su primer remate a puerta. Con la defensa blanquiazul alineada frente a su área, el juvenil Colsa metió un magnífico pase por el centro, y Salva se anticipó a todo el mundo para batir a Songo"o. Quedó la duda de si Salva estaba en fuera de juego, pero el gol puso al descubierto que, ausente Donato, la solidez defensiva del líder estaba en entredicho.
La jugada tuvo efectos devastadores para el Deportivo, que se fue del partido y quedó a merced del Racing. Colsa y Espina se adueñaron del medio, Amavisca aprovechó con reiteración las subidas de Manuel Pablo y el conjunto de Irureta se quebró por todas partes. Su suerte fue que el Racing tiritó más de la cuenta ante la portería contraria. Dos peligrosos disparos de Amavisca y Munitis rozaron los postes y, poco después, Salva desperdiciaba un mano a mano ante un espléndido Songo"o.
El Deportivo percibió lo que se le venía encima y reaccionó en el tramo final de la primera parte. Fue una respuesta más de carácter que estrictamente futbolística, pero, al menos, los gallegos pusieron sobre la mesa algún argumento. El conjunto de Irureta siguió mostrando defectos muy gruesos, como la lentitud de Jokanovic en el eje del equipo o la falta de producción de la banda izquierda, otra vez ocupada por Turu, un futbolista que, por su condición innata, tiende a situarse demasiado adelante, lo que le desconecta completamente de Romero, el lateral de ese costado. Pero, con todo, el mero interés local por irse adelante surtió sus efectos y, hasta el descanso, el Racing pasó por malos momentos. El problema para el Deportivo fue que esta vez también le falló la pegada: Makaay falló un gol cantado y estrelló otro remate en el poste.
La aparición de Munitis, al inicio de la segunda parte, acabó por llevar al cadalso al Deportivo. Munitis apenas levanta unos palmos del suelo, pero su velocidad y su remate le convierten en un futbolista letal para el contragolpe. Y en un par de ellos, con la ayuda de Salva y Amavisca, el menudo delantero fulminó al líder. Hasta el final, el Deportivo se volcó con todo. No le faltaron ocasiones, pero anoche se le torció el punto de mira y perdió la contundencia, esa virtud tan apreciada que le aupó al liderato.
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